El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva afirmó que en caso de ser elegido lideraría un “proceso de reconciliación nacional”, aunque admitió que “el odio” y el bolsonarismo durarán por un tiempo.
El Político
En un artículo de opinión, El Mundo plantea que la toma de posesión de Luis Inácio Lula da Silva como presidente de Brasil es una buena noticia, sobre todo para América Latina y los países más estrechamente relacionados con ella, como España, representada por Felipe VI como prueba de la estamos ante un acontecimiento determinante para la región, reportó ElMundo.
Sin embargo, algunos analistas dudan que Lula haya renegado de su adscripción a la izquierda populista, ni que haya renunciado a ser aliado de los líderes más demagogos.
De hecho, muchos especialistas sostienen que Lula "es un corrupto que solo logró salir de la cárcel" y llegar al poder.
Vale recordar que Lula fue acusado de recibir sobornos del contratista OAS en forma de reserva y renovación de un departamento en el balneario de São Paulo.
Aunque la propiedad nunca perteneció formalmente a Lula, el Ministerio Público alegó que el trato se disolvió después de que se hiciera público el asunto, y por eso nunca llegó a concretarse.
En julio de 2017, Lula fue sentenciado a nueve años y seis meses de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero por el entonces juez Sergio Moro.
Luego, la condena fue confirmada por el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región, en enero de 2018, que aumentó la pena a 12 años y un mes de prisión.
En abril de 2019, el Tribunal Superior de Justicia decidió mantener la sentencia, pero redujo la pena impuesta a Lula a ocho años, 10 meses y 20 días de prisión.
¿Por qué es importante?
Este será su tercer mandato, luego de gobernar Brasil durante dos periodos consecutivos entre 2003 y 2010.
El triunfo de Lula atiza el fantasma del comunismo en Brasil. De hecho, algunos bolsonaristas creen que empezará su pesadilla.
Según ellos, Lula, entre otras cosas, prohibirá las iglesias neopentecostales porque es supuestamente cercano a los satanistas. Lula es para ellos un "comunista ateo”.
Por otra parte, algunos expertos recuerdan que durante su presidencia (2003 a 2011), Lula practicó una política económica liberal. Al mismo tiempo, su gobierno invirtió mucho en proyectos sociales como el "Programa Hambre Cero".
Cuando puso en marcha una ambiciosa reforma de la seguridad social en 2003, Lula llegó a expulsar a miembros de extrema izquierda de su partido que se negaron a votar las reformas. Durante el gobierno de Lula, los bancos y las grandes empresas brasileñas registraron beneficios récord.
Entre líneas
Pese a que Lula habla de reconciliación nacional, admitió que “el odio” y el bolsonarismo durarán por un tiempo.
“El bolsonarismo va a continuar, el odio va a continuar por un tiempo, los fanáticos van a seguir por un tiempo, pero creo que vamos a tener un proceso de reconciliación entre los brasileños”, afirmó Lula.
También calificó de “anormal” a Bolsonaro y la campaña del jefe del Estado por “dudar de las urnas electrónicas”.
En esa clave, afirmó que está en juego “la democracia y la civilidad contra la barbarie” de la propuesta de la extrema derecha.
¿Qué se puede esperar?
A juicio de expertos, el giro a la izquierda de Brasil puede generar reacciones en gobiernos como EEUU por la importancia económica y estratégica que tiene el gigante suramericano en América Latina y el mundo.
Tras los resultados electorales, Lula da Silva, afirmó ante su pueblo que Brasil ha vuelto al mundo, confirmando su interés de trabajar conjuntamente con los gobiernos de la región y declaró que se encuentra listo para combatir el hambre y la desigualdad cuando asuma su gobierno el próximo 1 de enero de 2023.
Para el analista Esteban Silva la llegada del líder obrero brasileño permitirá una mayor integración regional.
"Las propias palabras cuando asumió la elección, cuando triunfó Lula son significativas. Brasil está de vuelta, vamos a reconstruir Unasur, vamos a reconstruir y fortalecer Mercosur, vamos a fortalecer y proyectar la CELAC, vamos a profundizar nuestra relación con los BRICS, vamos a trabajar por un nuevo orden económico mundial, por comercio justo, por soberanía alimentaria".
Desde ese punto de vista, la frase del presidente electo Lula ‘Brasil está de vuelta’, avizora las posibilidades del fortalecimiento de la unidad latinoamericana y caribeña de manera sustantiva y estratégica.”