Para el senador Mitch McConnell, derrotar la For the People Act o ley de derechos de voto es su principal prioridad en la sesión legislativa de dos años. Así lo dejó claro en su ponencia ente los casi 100 líderes conservadores que cada semana se reúnen para una llamada de estrategia de 30 minutos.
El Político
En esta reunión los republicanos debaten la manera de combatir la legislación demócrata que busca cambiar la forma en la que se realizan las elecciones federales. En reiteradas ocasiones, McConnell ha manifestado su oposición al proyecto, recuerda Chicago Tribune.
Los conservadores aseguran que el nivel de compromiso de MacConnell con esta tarea lo lleva a educar tras bastidores a los activistas sobre lo perjudicial que sería la legislación para las futuras perspectivas electorales de los republicanos.
“Muchas veces el movimiento conservador solo trabaja con McConnell cuando se trata de una nominación al Tribunal Supremo, o de una lucha en el Tribunal Supremo. Así que hemos tratado de cambiar eso con la HR 1 y la S 1; y hacer que esta lucha sea similar y más parecida a la del Tribunal Supremo, en la que es como un esfuerzo de todos”; comentó Jessica Anderson, directora ejecutiva de Heritage Action, citada por Chicago Tribune.
Heritage Action es uno de los principales grupos conservadores que se movilizan para luchar contra la agenda del presidente Joe Biden.
Los proyectos en ambas cámaras del Congreso aparecen con el número "1″, lo que indica la premura de los demócratas por aprobarlos. El líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, designó la revisión del derecho al voto como una de las principales prioridades que quiere ver completada para agosto.
El proyecto de ley de derechos del voto incluye una serie de estipulaciones; entre ellas la eliminación de los requisitos de identificación de los votantes. También contempla la implementación del registro automático de votantes y del registro de votantes en el mismo día.
Además, pondría fin a la manipulación de los distritos; proceso partidista utilizado para rediseñar los distritos del Congreso. También proporcionaría fondos federales equivalentes a los candidatos que se comprometan a renunciar a grandes contribuciones de campaña.
La postura de McConnell
El senador McConnell considera que el proyecto de ley de derechos de voto se trata de una “toma de posesión partidista” que “victimizaría a todos los contribuyentes” y “daría a los demócratas de Washington un control sin precedentes sobre las leyes electorales de 50 estados”, señala Chicago Tribune.
Según algunos congresistas, McConnell se estaría tomando la legislación más en serio que incluso los demócratas; en ese sentido, se espera que la lucha se intensifique la próxima semana, cuando el Comité de Reglas y Administración del Senado comience a revisar la legislación. Su asesor político Josh Holmes la ha calificado como “la peor pieza legislativa que he visto jamás”.
Por ahora McConnell parece tener la ventaja. Los demócratas moderados se preocupan por el tamaño del proyecto de ley, y algunos han sugerido que se reduzca para hacerlo más aceptable políticamente.
Una de las propuestas es adaptar el proyecto solo para facilitar el voto; opción que tampoco recibiría el respaldo republicano. Muchos conservadores consideran que las normas para emitir votos ya son demasiado laxas e invitan a la posibilidad de fraude.
La For the People Act vendría a anular los esfuerzos republicanos por aprobar leyes dirigidas a hacer más gravoso emitir un voto; esto ante las denuncias de fraude en las elecciones de 2020.
"Los comentarios privados de McConnell fusionan los componentes de política, políticos y proceso del tema y casi siempre conducen a un recordatorio de la importancia de la obstrucción. Algunos progresistas han señalado que la incapacidad de ampliar el derecho al voto obligará a Schumer a anular la obstrucción; una amenaza que los conservadores se están tomando en serio", señala Chicago Tribune.
Resistencia demócrata
Pese a la campaña que lidera McConnell, podría no ser el único responsable de que la ley no se apruebe en el Senado. Los demócratas no alcanzan aún los 50 votos y los republicanos confían en que el senador moderado Joe Manchin, de Virginia Occidental, esté con ellos.