La frontera norte de Chile es escenario constante de violencia. La ciudad de Iquique amaneció el lunes 31 de enero completamente bloqueada. Camioneros obstruyeron el paso hacia la capital de la región de Tarapacá, en protesta por el incremento de la delincuencia, la inseguridad social y la crisis migratoria.
El Político
Los camioneros cortaron el acceso a Iquique con neumáticos en llamas. Tampoco hubo actividad en el aeropuerto de Iquique. Las líneas aéreas tuvieron que cancelar todos sus vuelos ya programados para la zona.
Allí se mezclan dos problemas: la inmigración y la delincuencia, donde el algunos casos de atropellos pagan justos por pecadores. La protesta regional convocó a más de 4 mil personas el pasado domingo 30 de enero.
Violencia en aumento
Allí hubo violencia verbal y física. Entre gritos xenófobos, un grupo de manifestantes desmantelaron algunos de los campamentos improvisados de inmigrantes, que había en la zona. Uno de los extranjero fue golpeado al hacerle un reclamo a los manifestantes.
En las protestas ha habido excesos. Grupos de manifestantes culpan a inmigrantes de ser los autores de la violencia. Pero se sabe que la mayoría de los desplazados son personas que han salido de sus países de origen, en busca de una mejor vida.
Muchos de esos inmigrantes son de origen venezolano, otros bolivianos. Y —precisamente— la semana pasada se vitalizó en las redes sociales un video donde un grupo de venezolanos agrede a un funcionario policial, que intentaba llevarse detenido a uno de ellos.
Si bien es cierto que entre los desplazados existen personas que actúan al margen de la ley, también hay personas que solo buscan una oportunidad fuera de sus países de origen, para encontrar oportunidades que no tienen en sus naciones de procedencia.
Algunos campamentos de refugiados han sido blanco de agresiones por parte de los pobladores. Estos no aceptan que existan esos campamentos de refugiados, ni que el gobierno les esté prestado ayuda.
Christian Molina, un taxista que trabaja en Iquique hace más de 35 años, declaró a los medios que: "la inseguridad que hoy estamos viviendo no tiene precedentes. Me siento vulnerable. Tengo que estar todo el día con los vidrios arriba y los seguros puestos. Al llegar a mi casa, tengo que mirar para todos lados, para que no me asalten".
Estadísticas que preocupan
Según cifras suministrada por la Fiscalía de Tarapacá, las estadísticas sobre homicidios han aumentado un 183 por ciento en 2021 en la región. Igualmente, el movimiento de sustancias estupefacientes se ha incrementado en un 42 por ciento. El tráfico de migrantes, por su parte, se ha incrementado en un 501 por ciento y los robos con violencia e intimidación en un 18 por ciento.
Al paro de este lunes también se sumaron inmigrantes que viven y trabajan en Chile. Ellos también expresaron que: "no somos indiferentes a esta situación, la verdad es que nos perjudica a todos", dijo un boliviano a una emisora de radio.
Otro punto de vista
José Tomás Vicuña, ex director del Servicio Jesuita a Migrantes – SJM, ha señalado que el actual bloqueo de la ciudad se debe "al abandono del Estado, y no a la migración".
Vicuña publico en su cuenta de Twitter: "Que no le confundan. Fue el abandono del Estado y las malas políticas migratorias las que llevaron a estas consecuencias".
Iquique está cerrado por el abandono del Estado, no por la migración. Que no le confundan.
Fue el abandono del Estado y las malas políticas migratorias las que llevaron a estas consecuencias— José Tomás Vicuña (@ChumiVicuna) January 31, 2022
Es de destacar que, en su mayoría, los inmigrantes en la región son ciudadanos venezolanos en condiciones de pobreza extrema. Estos ciudadanos han salido de su país debido a la grave crisis política, económica y social que allí se vive. Por lo que han optado por buscar refugio en distintos países de Latinoamérica.
Caterine Galaz, académica de la Universidad de Chile, especializada en temas migratorios, ha declarado a los medios que: "hay que distinguir la crisis humanitaria de la delincuencia. Son temas diferentes, que no deben asociarse. Eso solo genera xenofobia".
Por su parte, el ministro del Interior de Chile, Rodrigo Delgado, anunció que viajaría el martes a la región para conocer de propia mano la crisis. Insistió en expresar que el gobierno continuará con su política de expulsión de extranjeros.
Delgado declaró que: "vamos a expulsar judicialmente a personas que hayan cometido delitos relacionados con tráfico de droga. También vamos a expulsar judicialmente a aquellas personas que hayan ingresado por pasos clandestinos y que hayan cometido algún delito".
Para las autoridades regionales, la zona vive una triple crisis, debido a la inseguridad, los desplazados y el aumento en los cosas de la Covid 19.
Más cifras
Chile ha experimentado un fuerte incremento en su población migratoria durante la última década. En el país suramericano se pasó de tener unos 305.000 (1,8% de la población total) de habitantes extranjeros en 2010, a casi 1,5 millones (7,5% de la población) en 2020. Son datos suministrados por la organización SJM.
La organización indicó que una parte importante de ese incremento en la población migrante corresponde a venezolanos. La cifra pasó de 8 mil personas en 2012, a 500 mil en 2020. Este es el mayor grupo de extranjeros residentes en Chile.
Según las autoridades locales, actualmente la llegada de personas indocumentadas al país por el norte está "fuera de control".
El alcalde de Iquique, Mauricio Soria, declaró a una radio local, que: "entra y sale quien quiere. Eso no puede ser. No existe una política clara sobre qué se va a hacer con este descontrol total en la frontera".