Frente al crecimiento poblacional y escasez global de recursos, especialistas reunidos en Brasil esta semana afirmaron que Suramérica necesita de inversión financiera, incorporación de tecnologías y creación de políticas de fomento a la agricultura para que el sector gane en desarrollo.
Los análisis fueron hechos durante el cuarto Foro de Agricultura de América del Sur en la ciudad brasileña de Curitiba, capital del agrícola estado de Paraná (sur), fronterizo con Paraguay y Argentina.
Según el ecuatoriano Hernán Chiriboga, del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, la institución que él representa apuesta en las políticas de apoyo al surgimiento de nuevos "agro-lideres" para enfrentar los desafíos de la agricultura en la región.
"Nuestro trabajo es proponer alternativas para la integración latinoamericana", afirmo Chiriboga en diálogo con Efe.
Chiriboga recordó que un estudio del Banco Mundial mostró que el crecimiento de la agricultura es 2,7 veces más eficiente que el de cualquier otro sector de la economía para la reducción de la pobreza en América Latina.
"Tenemos que trabajar con la juventud rural, formar jóvenes líderes. Necesitamos tener una generación de cambios y necesitamos hacer del sector rural algo atractivo para la juventud, para que se quieren quedar en él", analizó el ecuatoriano.
Durante el foro, el tema de seguridad alimentaria fue constantemente reforzado.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2050 la población mundial será de 9.000 millones de habitantes y los países tendrán que aumentar sus producciones para satisfacer la demanda por alimentos.
En ese escenario, la expectativa sobre América Latina, como región productora de alimentos, es grande.
Para el peruano Alan Bojanic, representante de la FAO en Brasil, una de las iniciativas del órgano para América Latina es el fortalecimiento de la agricultura familiar.
"Es necesario que este tipo de agricultura sea cada vez más eficiente y productiva. En América Latina, son más de sesenta millones de agricultores de este tipo que representan entre 27 % y 37 % de la producción, sobretodo de cultivos del día a día, tan importantes para la alimentación", apuntó Bojanic.
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Leyes e instituciones políticas consolidadas, citó Bojanic, son fundamentales para avanzar en el combate al hambre y puso como ejemplo el caso de Brasil.
En 2014, Brasil salió del Mapa del Hambre de la ONU, lo que, según el peruano, se debe en parte al respeto de la Constitución del país que asegura el derecho a la alimentación.
A mediano plazo puede haber un salto productivo en el complejo de la soja, que tiene a Brasil, Argentina y Paraguay entre los principales productores mundiales del grano, y eso dependerá de un crecimiento de la superficie.
La FAO apunta que este crecimiento de la soja debe ser de 17 % en América del Sur, "sobretodo en Brasil, pero también en Argentina, Paraguay y Colombia", analizó el economista argentino Guillermo Rossi, de la bolsa de valores de Rosario.
El paradigma tecnológico es el otro factor importante para que la región crezca, según Rossi.
A pesar que la inestabilidad económica dificulte la inversión en investigación y desarrollo, el productor suramericano es muy profesional y rápidamente incorpora los nuevos avances tecnológicos que están revolucionando la producción rural, subrayó el experto.
Dentro de los nuevos proyectos están el sistema Climate Field View, de la gigante de biotecnología Monsanto, que ya está presente en Estados Unidos y debe llegar a Brasil en los próximos dos años.
A través de dispositivos electrónicos, ese sistema permite que el productor rural acompañe remotamente su área de producción: desde la velocidad del operador hasta la cantidad de semillas que caen por metro cuadrado son evaluados y poder asesorarle en la toma de decisiones.
"En el Valle del Silicio, existen cerca de 500 startups enfocadas en la agricultura. En los próximos cinco o diez años tendremos una serie de nuevas empresas y tecnologías", afirmó Mateo Barros, líder de las operaciones suramericanas de Monsanto.
El método posee en Estados Unidos más de 105.000 usuarios y cerca de 36 millones de hectáreas mapeadas, siendo seis millones en alta definición.
Con información de EFE