Los programas de ayuda en efectivo para los refugiados y otros desplazados alcanzaron este año la cifra récord de 430 millones de dólares (410,7 millones de euros), informó hoy la Agencia de Naciones Unidos para los Refugiados (ACNUR).
Este monto refleja "un importante cambio en cómo se gestionan las crisis de refugiadas en el mundo", señaló la entidad.
La ayuda en efectivo forma parte de la asistencia de ACNUR desde los años 1980, pero en los últimos años ha adquirido mucho más peso.
Este año se han llevado a cabo programas de este tipo en 60 países, el doble de hace cuatro años.
Tradicionalmente la ayuda ha sido entregada principalmente a través de contribuciones en especie, pero dado que aproximadamente el 80 % de los desplazados viven en ciudades y a menudo tienen un acceso limitado a empleos legales, la asistencia con dinero en efectivo se ha convertido en "una herramienta esencial" en todos los sectores, como el sanitario, el alimenticio o el de la vivienda.
La ayuda en efectivo permite a las personas necesitadas comprar sus propios alimentos, combustible, ropa y medicina o pagar el alquiler en base a sus prioridades personales y sin hacer largas colas en puntos específicos de distribución.
Además, de esta manera el refugiado contribuye directamente a las economías locales y fomenta las relaciones positivas con su comunidad de acogida, señala la agencia.
ACNUR pone su énfasis en las operaciones de ayuda en efectivo en Oriente Medio, que absorbe dos tercios de los programas, y en 2007 amplió su asistencia en respuesta a la crisis de refugiados en Irak.
En total unas 1,8 millones de personas en la región recibieron hasta 355 millones de dólares (399,1 millones de euros) en efectivo en 2016.
En Jordania ACNUR lleva repartiendo desde 2012 en áreas urbanas la ayuda a refugiados "altamente vulnerables" de Siria.
Las familias vulnerables están encabezadas a menudo únicamente por mujeres, que se enfrentan a obstáculos culturales y legales y a otros relacionados con el cuidado de los hijos a la hora de encontrar trabajo.
Por ello la ayuda en efectivo permite prevenir que miles de refugiados recurran a "estrategias desesperadas de supervivencia" como la prostitución, los matrimonios forzosos de menores o el regreso a zonas de guerra.
En 2016 ACNUR ha ampliado el uso de dinero en efectivo en la región y el mes pasado extendió su nuevo sistema de distribución en Turquía a medio millón de refugiados y solicitantes de asilo.
La agencia ha entregado tarjetas de débito a 108.000 familias, entre ellas 96.000 sirias, que están vinculadas a sus números de identidad.
El programa de invierno para Turquía asciende a 27 millones de dólares (25,7 millones de euros) y funciona en 50 de las 81 provincias hasta enero.
En el Líbano, por su parte, ACNUR trabaja con tres agencias de la ONU y seis ONG para distribuir tarjetas electrónicas únicas para evitar que los refugiados tengan que hacer colas y efectuar sus compras en varios puntos de distribución.
Los programas en este país de varias agencias benefician a unas 900.000 personas
Más allá de Oriente Medio, los programas de ayuda en efectivo de ACNUR, la agencia también ha ampliado sus planes de asistencia en África, Asia y Europa.
En 2017, Níger, la Reúpública Democrática del Congo, Kenia, el Congo, Ruanda, Somalia, Sudán y Etiopía, Uganda, Afganistán e Irán recibirán apoyo técnico para ampliar los programas de ayuda en efectivo en pro de los refugiados más vulnerables.
Con información de EFE