“Grace” y “Gatzy” fueron estranguladas y heridas con un arma blanca dentro de su vivienda, luego quemaron diferentes puntos del inmueble, entre ellos la escena del crimen. El asesinato ocurrió el pasado 15 de marzo, pero no fue hasta esta semana cuando –gracias a la familia que acudió a las redes sociales y a los medios de comunicación– cuando las autoridades dieron a conocer que se investigaba el doble feminicidio.
Por Sugeyry Gándara
La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México indaga un robo como el móvil del asesinato, pero la familia no ve en esa versión una respuesta: “No creemos que sea robo porque nadie hace esta barbarie para llevarse un coche, que es lo más caro que se llevaron, y no es un [o de marca] Maserati, es un Toyota. Si te quieres llevar a un coche, lo robas en la calle. No hacen esta barbaridad que hicieron , lastimarla y encima quemarlas”, sostiene Benjamín Vargas, ex esposo y padrastro de las mujeres.
Graciela Cifuentes soñaba con reconstruir la casona que levantó en la juventud, y su hija, Gatziella Sol Cifuentes Pezuela, aspiraba terminar su carrera de arquitectura y viajar por el mundo. Ambas fueron asesinadas brutalmente y después quemadas en su hogar.
El feminicidio de las dos mujeres pasó desapercibido por más de 15 días y las autoridades no le brindaron la importancia hasta que la familia alzó la voz para exigir justicia.
El cuerpo de Gatzy quedó completamente calcinado, por lo que hubo necesidad de una prueba de ADN para la identificación oficial. Fue el cadáver de Graciela el que evidenció el feminicidio, pues se apreciaban golpes, cortes, y estrangulamiento.
Una de las líneas de investigación que se planteó desde el principio fue la de robo, porque un vehículo Toyota modelo 2009, computadoras Mac, y equipo fotográfico fueron sustraidos. La familia no cree en esa versión.
EL MISTERIOSO ASESINO
El asesino fue visto por el vigilante de la caseta cuando salió de la privada en el vehículo Toyota, propiedad de Grace.
El señor Vargas señala que el guardia declaró que levantó la pluma de la caseta y observó que el automóvil que era manejado por otra persona que no era la dueña: un hombre joven, delgado de cabello ondulado o chino.
Minutos después de aprobar la salida del desconocido, la casa ardió en llamas. “Él dice que si vuelve a ver al hombre sí lo reconoce”, explica Benjamín, quien sostiene que el empleado no vio entrar al supuesto criminal esa noche ni días antes del asesinato.
Hoy la familia pide que el portero sea investigado e incluso sancionado.
“¿Cómo es posible que lo dejara salir, si vio que era el coche de la señora? ¿Cómo puedes ver salir a un tipo y al momento en que sale se prende la casa, y no ir a detenerlo? El portero traía un arma, podía detenerlo”, señala Benjamín.
ELLAS
Graciela, de 60 años, era chef, fotógrafa profesional en el ámbito culinario y en lo arquitectónico.
Su gusto por la gastronomía lo obtuvo de su madre. Posteriormente se dedicó a la fotografía y la combinó con su profesión con los alimentos desde que conoció a Benjamín Vargas, un fotógrafo con el que tuvo una relación sentimental por al menos 12 años.
Posteriormente, la pareja inició con la fotografía de arquitectura, destacaron y comenzaron a dar diplomados en la Universidad Autónoma de México (UNAM).
La madre impartía clases de fotografía en la máxima casa de estudios desde hace más de tres años.
Gatziela Sol tenía 22 años de edad. Nació en Guadalajara, era de estatura baja y de piel muy blanca. Estudiaba la carrera de arquitectura. Estaba en octavo semestre en la Facultad de Arquitectura.
Leer más en Sin Embargo