Responsables y expertos que representan al 90% de los productores y consumidores del mundo pusieron este martes sobre la mesa el futuro del sector, en particular del crudo, el gas y las energías renovables, en el arranque de la XXV edición del Foro Internacional de la Energía (IEF).
"Esta es una extraordinaria oportunidad para dialogar y hacer frente a los importantes retos derivados de la crisis del petróleo", advirtió a los presentes en su discurso inaugural el primer ministro argelino, Abdelmalek Selal.
"Esta reunión se celebra en un momento en el que el mercado petrolero pasa por el tercer año de enorme contracción y de gran deterioro de los precios a causa del desequilibrio persistente entre la oferta y la demanda. Objetivamente esta situación no interesa a ningún país", señaló.
Al hilo de este argumento, el jefe del Gobierno argelino insistió en que la salida preferida debe ser aquella que acomode y equilibre los intereses tanto de los consumidores (felices con un mercado a la baja) como de los productores, que pugnan por un alza sostenida de los precios.
"Los productores deben ofrecer sus productos en un marco de estabilidad que garantice beneficios suficientes para cubrir las reinversiones y así estimular el crecimiento económico", declaró Selal.
"Los países consumidores deben garantizarse el suministro a medio y largo plazo para que sus inversiones eludan las distorsiones de un mercado que no está maduro", añadió.
Fundado en 1991, el IEF es un espacio de diálogo creado para que gobiernos, compañías, instituciones internacionales y expertos traten de dilucidar las tendencias futuras del mercado energético mundial.
Convocado bajo el lema "la transición energética mundial: un papel para el diálogo energético", la edición de 2016 del foro gira en torno a la crisis del petróleo y el desarrollo de energías como el gas, el gas licuado y las renovables.
El encuentro está estructurado en cuatro paneles: el primero enfocado en el crudo; el segundo dirigido a examinar la creciente importancia del gas; en el tercero se analizan los logros en materia de eficiencia energética tras COP21, y el ultimo se centra en la gobernanza mundial.
Consumidores como ENAGAS, una de las empresas españolas presentes en la cita, creen que es un momento positivo para esta energía, ya que en los últimos años se han multiplicado los proyectos de extracción y licuefacción en todo el mundo.
Esto ha creado una sobreproducción que beneficia en el precio tanto a las empresas consumidoras como a los ciudadanos, consumidores finales, explicó a Efe Francisco de la Flor, director de Regulación.
Más pesimista se mostraba el CEO de CEPSA, Pedro Miró Roig, para quien el futuro inmediato estará aún marcado por tensiones debido al desequilibrio de la oferta y la demanda.
"Creo que el futuro del mercado se presenta en los últimos meses con importantes tensiones. Sigue habiendo un exceso de oferta", explicó Miró Roig a Efe.
"La demanda, como consecuencia probablemente de que la recuperación económica, no es tan importante como muchos esperaban, lo que hace que todavía haya una cantidad muy importante de stock de productos que hasta que no se consuman será difícil que se recupere una situación de equilibro razonable", argumentó.
En esta línea de volatibilidad del mercado de crudo, el foro ha quedado ensombrecido por la reunión informal que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) celebrará el miércoles una vez que este haya acabado.
Esta mañana, los dos hombres más buscados eran el ministro de Energía de Irán, Bijan Zanganeh, y su colega saudí, Jaled Al Faleh, que se encargaron enseguida de enfriar las expectativas de acuerdo alimentadas en los días previos por el país anfitrión.
Fuentes diplomáticas consultadas hoy por Efe durante la apertura del foro aseguraron que las diferencias de criterio sobre el momento y el alcance de una eventual congelación de las cuotas particulares de exportación son todavía acusadas entre Riad y Teherán.
"No ha llegado el momento de tomar decisiones", advirtió ante la prensa Zanganeh antes de emplazar a las partes a seguir negociando de cara a la reunión formal que la OPEP sostendrá el próximo 30 de noviembre en Viena.
Países como Argelia -cuya economía depende casi en su totalidad de la venta de petróleo y gas, que suman el 97 por ciento de sus exportaciones- pretenden que el cartel y los productores externos retiren un millón de barriles diarios del mercado para que el precio se estabilice al alza en la horquilla de los 50-60 dólares unidad.
La disyuntiva es aún cómo lograrlo, ya que Arabia Saudí se resiste a bajar y congelar la producción si su rival iraní no hace lo propio.
Con información de EFE