El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha trasladado el estilo impulsivo y caótico de su campaña electoral a una Casa Blanca a la deriva, donde luchas de poder y contradicciones entre asesores, cancelaciones de actos, filtraciones y hasta una renuncia han marcado las primeras semanas de Gobierno.
"Es una Casa Blanca disfuncional. Nadie sabe quién está a cargo y nadie sabe quién está marcando las políticas", comentaba esta semana a un grupo de periodistas el senador republicano y excandidato presidencial John McCain.
Y en la conferencia de prensa que dio hoy desde la Casa Blanca, desordenada y salpicada de encontronazos con algunos periodistas como durante la campaña, el propio Trump dijo que cuando enciende la televisión o abre un periódico lo que ve son "historias de caos".
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"Sin embargo, es exactamente lo contrario", argumentó a continuación al apuntar que su Gobierno funciona "como una máquina perfectamente engrasada" y que, si no lo parece, es por culpa de las "noticias falsas" de los medios, ante los que afirmó: "El público ya no os cree".
Pero lo cierto es que el mandatario no trasmite mucha sensación de orden por ejemplo con sus tuits, normalmente enviados a primera hora de la mañana y a través de su cuenta personal de Twitter (@realDonaldTrump), que sigue usando pese a que dispone también de la oficial asignada al presidente estadounidense (@POTUS).
Con esos tuits, Trump ha generado numerosas polémicas que después su portavoz, Sean Spicer, o sus asesores más cercanos han tratado de suavizar y que, en algún caso, han desembocado en crisis como la de la cancelación de una visita programada a la Casa Blanca del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
La imprevisibilidad de Trump ha llevado también a sus asesores y colaboradores más cercanos a contradecirse mutuamente al intentar transmitir de la manera más fiel posible el mensaje del presidente.
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Además de Spicer, portavoz de la Casa Blanca, es Kellyanne Conway, consejera presidencial, uno de los rostros más frecuentes en las cadenas de televisión y la protagonista, hasta la fecha, de varias meteduras de pata.
Gracias a ella es famosa la expresión "hechos alternativos", que usó para defender a Spicer cuando los medios acusaron al portavoz de mentir sobre las cifras de asistencia a la investidura presidencial de Trump.
Más recientemente, Conway hizo publicidad desde la Casa Blanca durante una entrevista televisiva con la cadena Fox de la marca de ropa de Ivanka Trump, la hija mayor del mandatario.
Conway recibió "consejo legal" y la Oficina de Ética del Gobierno (OGE) propuso a la Casa Blanca que sancione a la consejera presidencial por lo ocurrido.
Aparte de las polémicas protagonizadas por Conway, varias filtraciones de información han dibujado una Casa Blanca donde compiten por el poder y la influencia sobre Trump dos bandos bien diferenciados: uno encabezado por el jefe de estrategia, Steve Bannon, y otro por el jefe de gabinete, Reince Priebus.
Bannon presidió Breibart News, un conglomerado digital convertido en altavoz del nacionalismo y la alt-right (nueva ultraderecha), y ha sido llamado por The New York Times "el presidente de facto" o por la revista Time el "gran manipulador" por su omnipresencia en las decisiones más audaces y polémicas tomadas por Trump.
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Breibart publicó precisamente esta semana una historia con fuentes anónimas que culpaban del caos en la Casa Blanca a Priebus y sugerían que su continuidad estaba en riesgo, algo que negaron rotundamente el jefe de gabinete y Bannon en un encuentro conjunto con varios medios.
La multitud de filtraciones, algunas atribuidas por Trump a "gente probablemente" del Gobierno del expresidente Barack Obama, han revelado detalles muy precisos sobre la vida del magnate en la Casa Blanca, así como el contenido de conversaciones telefónicas que ha mantenido con otros líderes mundiales.
Por otro lado, en al menos dos ocasiones desde que asumió el poder el pasado 20 de enero, Trump ha anunciado firmas inminentes de órdenes ejecutivas sobre ciberseguridad y para investigar un supuesto fraude en las elecciones del pasado noviembre canceladas después sin previo aviso.
Además, en menos de un mes en la Casa Blanca el presidente ha vivido su primera gran crisis de Gobierno con la renuncia de Michael Flynn como su principal asesor de seguridad nacional, tras conocerse que mintió al vicepresidente Mike Pence y a otros altos cargos sobre sus contactos con Rusia.
Con información de EFE