Wilmer Ruperti, magnate naviero aliado del madurismo, mantiene un enfrentamiento en una corte estadounidense con la empresa griega Capital Ship Managment Corp., por una malograda entrega de combustible transportado en el buque petrolero Alkimos, operado por esa empresa.
El Político
Alkimos, con bandera de Malta, fue contratado por una empresa propiedad de Ruperti para llevar gasolina a Aruba. Antes de hacer efectiva la entrega, los operadores de la embarcación sospecharon que el preciado cargamento, de más de 100 mil barriles de gasolina de alto octanaje, estaba destinado a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Para evitar violar las sanciones impuestas por EEUU a la petrolera venezolana, Capital Ship Managment ordenó al buque, luego de dos semanas de espera, que se enrumbara a los Estados Unidos en donde hoy se encuentra en medio de la pugna legal.
Este miércoles, oficiales federales en Houston subastarán la carga del barco que se estima tiene un valor de al menos $ 5 millones.
La subasta es en respuesta a la orden del juez Lynn Hughes de incautar la carga, que según él probablemente terminaría en Venezuela, mientras continúa el arbitraje sobre un embargo preventivo de $ 1.7 millones.
El cerco al chavismo
«Esto demuestra claramente que las sanciones funcionan», dijo Russ Dallen, quien monitorea de cerca el tráfico marítimo como jefe de Caracas Capital Markets, firma con sede en Miami.
«Pero aunque este armador parece haber hecho lo correcto, hay muchas otras cucarachas sin escrúpulos en la industria naviera que no dudarán en hacer negocios con Venezuela», agregó.
Estados Unidos ha estado tratando durante meses de cortar los envíos de combustible hacia y desde Venezuela, con la esperanza de acelerar la caída de Nicolás Maduro al privarlo del ingreso petrolero.
Hasta la fecha, la administración Trump ha sancionado a más de 50 buques que violan las sanciones. Este mes agregó a cinco capitanes iraníes que entregaron gasolina de ese país a Maduro, a una lista de personas bloqueadas para hacer negocios con los EE. UU.
La saga del Alkimos
El buque Alkimos, de fabricación china, estaba atracado en Panamá el pasado marzo, cuando fue contratado para entregar la gasolina a Aruba. En su trayecto, la embarcación recibió instrucciones de envío que indicaban que la carga sería transferida en el mar a otro barco.
Esa otra nave había visitado exclusivamente puertos venezolanos durante el año pasado. La empresa contrató el Alkimos, ES Euroshipping AG, es una compañía registrada en Suiza propiedad de Ruperti.