La revuelta que surgió el 19 de abril del 2018 en Nicaragua pudo bien haber sido el inicio de la nueva estación de la lucha primaveral a la que me he referido.
Rodolfo R. Pou/El Político
Una que surgió en las redes sociales dentro y fuera de la tierra dúo-oceánica de Darío, como protesta en contra de la gestión del Neo-Sandinismo de Ortega y que luego se materializara en las calles, con el movimiento de “Azul y Blanco”. Uno muy similar en valores, misión e incidencia, a las “Damas de Blanco”, que existen en Cuba.
Esa lucha y sus enfrentamientos aún siguen enérgicos. Los muertos, las opresiones y las mentiras aún persisten, por parte del gobierno. Pero el valiente pueblo nicaragüense, quien ha sabido en el pasado, superar retos mayores al actual, sigue firme en sus redes sociales. Los de allá y los que residen en los Estados Unidos, forjando a través de sus intercambios, la paz, la esperanza y la estrategia que necesitan.
En cierto modo, meses después del destape inicial en Nicaragua, indirectamente se reactiva una segunda ola sobre los canales de intercambio social vía los celulares que portan los miembros de la diáspora venezolana y la oposición en sitio, quienes se ven motivados a que su pueblo reintente su desprendimiento de la doctrina Post-Chavista, una vez más. Junto a un insinuado respaldo por la nueva administración estadounidense y la sutil inclinación a favor de ello por parte de organismos internacionales, en enero de este año 2019, la Asamblea Nacional de Venezuela, proclamó a su Presidente Juan Guaidó, como Presidente Interino de la nación suramericana.
Esa gestión e inicio, alcanzó su punto más efervescente, justo antes de la celebración del Día del Trabajador, cuando el 30 de abril, con la “Operación Libertad”, se alzan unos militares a favor del Presidente Interino, la ciudadanía reafirma su rechazo a la gestión del Presidente Nicolás Maduro saliendo a las calles y finalmente se logra la liberación de Leopoldo López, el último gran opositor del gobierno. No obstante, desde ese entonces, ha pasado poco, y al parecer, esa contienda está en un medio tiempo.
La tercera en orden, pero anterior a los acontecimientos de renovación en Puerto Rico, lo fue la escena de rechazo que surgió alrededor del interés de algunos miembros del gobierno dominicano, por modificar la Constitución a favor de un tercer término presidencial.
Aquellos interesados en dar un golpe legislativo, también se encontraron con redes sociales compuestas por participes mixtos de comunidades locales y del extranjero, sumadas a las congregaciones que fueron capaces de convocar, para lograr juntamente con fuerzas opositoras que ahora se veían del mismo lado de la acera, el impedimento de que esos artículos fuesen revisados, y que al presidente Danilo Medina se le permitiera repostularse como máximo representante del Poder Ejecutivo en el país.
La Primavera del Caribe puede bien ser una percepción altruista de mi parte. Una que hilvana escenarios adversos y naturales, a través del poder de un dispositivo. Sin embargo, acepto que, no todo altercado que surge en estas plataformas sociales es loable y orgánico.
Para ello tenemos que desglosar en otro artículo el tema de los Fake News y el manejo indebido de las redes. Las plataformas que fueron creadas para conectarnos han sido tornadas en armas de munición y realmente ya no sabemos diferenciar una cosa de la otra. Pues nada es lo que aparenta ser. Hoy día carecen las informaciones reales, y las redes han sido inyectadas con sutil propaganda. De esas de antaño.
Justo después de que se publicara la primera parte de este artículo, se desestimó la designación de Pedro Pierluisi como Gobernador, determinándola anti-constitucional en su lugar, y acorde con el correcto procedimiento constitucional, Wanda Vásquez, fue juramentada como Gobernadora de Puerto Rico.
En lo referente a la Primavera Árabe, tiempo después regreso la calma, y muchas de las monarquías del Golfo Pérsico permanecieron en gran medida quebrantadas por los acontecimientos. Desde entonces, el uso del término Primavera Árabe ha sido criticado por ser simplista. Lo mismo tendremos que esperar para su uso del Caribe. Si no es que esta opta por revisarse y ser más como el "Otoño de las Naciones". Aquel agitado periodo de Europa del Este en 1989.
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