El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, informó hoy de que 50 reos de "mínima y mediana" peligrosidad fueron trasladados a una cárcel de máxima seguridad en el occidente del país a la que ya han sido enviados cerca de un centenar de presos peligrosos.
Los reos realizarán "diferentes labores" en esta nueva prisión, conocida como El Pozo, la cual ha sido calificada como un "infierno" por algunos de los primeros presos, a quienes no se les permite ningún tipo de visitas y están totalmente incomunicados,
Este grupo fue trasladao a la cárcel, construida en el departamento occidental de Santa Bárbara, bajo un operativo de seguridad, dijo Hernández en una comparecencia ante la prensa, en Tegucigalpa.
El gobernante anunció además que con este traslado se inicia el de un total de 528 reos, sin precisar si los 50 presos trasladados hoy van a estar en las mismas condiciones que los de alta peligrosidad.
"Esperamos que en esos dos meses esté concluido el traslado completo y durante ese tiempo estaremos trabajando con la comunidad de Santa Bárbara, sus fuerzas vivas", porque el centro penal que se usaba hasta ahora "debe ser destinado para recreación y cultura", subrayó.
Dijo además que en el primer trimestre de 2017 se espera "bajar de manera sustancial" la superpoblación que impera en los principales centros penales del país.
El presidente hondureño pidió a sus compatriotas comprensión y acompañamiento, pues construir el nuevo sistema penitenciario del país requiere "hacerlo bien para poder tener el éxito que todos queremos tener".
Advirtió que los presos involucrados en dirigir y coordinar actividades ilícitas desde el interior de cárceles serán "recluidos de manera aislada para proteger el resto de la ciudadanía" y que no vuelvan a delinquir.
"No me voy a cansar de repetir que los centros penales hondureños estaban diseñados para una realidad del siglo pasado; esta es otra realidad, estamos dando un salto muy importante, obviamente esto requiere inversión de fondos, de recurso humano y tecnología", explicó.
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Señaló que una de las carencias del sistema penitenciario hondureño, compuesto por una treintena de cárceles, es que "no hay clasificación" de los reos.
El gobernante hondureño indicó que en los próximos meses, cuando "desmontemos todo ese sistema corrupto y proclive a propiciar impunidad", el pueblo hondureño quedará "sorprendido del nivel de descomposición que ha habido ahí".
Señaló que el nuevo sistema penitenciario obedecerá a "criterios de clasificación, riguroso en el uso de tecnologías y (a) ofrecer oportunidades de rehabilitación".
Además, garantizará los estándares internacionales de trato a los prisioneros de Naciones Unidas.
Hernández resaltó que en septiembre pasado, en la sede de Naciones Unidas, dijo que era "el momento de que la humanidad reflexionara sobre el concepto de Derechos Humanos".
Sin embargo, cuestionó el porqué no se habla de los derechos humanos de las víctimas de los criminales, y afirmó que el pueblo hondureño "ha sido la principal víctima del uso inadecuado" del respeto de los derechos humanos.
"Nuestro deber es proteger a ese pueblo hondureño que ha sufrido tanto", acotó el presidente Hernández.
Según la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional, el 80 % de los ataques y masacres perpetradas en el país centroamericano son ordenadas por pandilleros que operan desde las cárceles.
Con información de: EFE