En un inédito mensaje emitido en medio de una fuerte presión social, el mandatario anunció que el gobierno destinará "los recursos necesarios para brindar la protección que requieren los periodistas y defensores de derechos humanos".
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, se comprometió este miércoles a fortalecer y ampliar los mecanismos para garantizar la seguridad de los periodistas y a combatir la impunidad, dos días después del asesinato de un reconocido reportero que ha indignado al país.
En un inédito mensaje emitido en medio de una fuerte presión social, el mandatario anunció que el gobierno destinará “los recursos necesarios para brindar la protección que requieren los periodistas y defensores de derechos humanos”.
Además de otorgar más presupuesto, Peña Nieto anunció que se reforzará la fiscalía especial que atiende los delitos contra la libertad de expresión (FEADLE) contratando a más personal y mejorando la capacitación de los agentes del ministerio público.
Asimismo, se revisarán e impulsarán las investigaciones en proceso y se establecerá un esquema nacional de coordinación con todos los estados y un protocolo de procedimientos para atender estos delitos.
Lo que las personas esperan son resultados, es el combate a la impunidad”, afirmó el presidente, que guardó un minuto de silencio antes de iniciar su discurso.
La violencia perpetrada contra periodistas y defensores de derechos humanos ha abierto una profunda herida en nuestra sociedad”, reconoció.
El lunes fue asesinado en Culiacán, capital del estado de Sinaloa (noroeste) Javier Valdez, fundador del semanario de investigación Ríodoce, corresponsal del diario local La Jornada y colaborador de la AFP.
Con su muerte, que ha sido condenada dentro y fuera del país, son cinco los reporteros asesinados en México en lo que va del año, además de un escritor que tenía un programa radial de poesía.
Organismos defensores de la libertad de expresión indican que 99% de los casos de asesinatos de periodistas están sin resolver y en contadas ocasiones sólo se castiga al autor material, no a sus instigadores, sin que se esclarezca el móvil del crimen.
Desde 2000 han sido asesinados más de 100 periodistas en México, de los cuales 11 en 2016, una cifra récord.