El presidente catalán Carles Puigdemont ha intentado ahuyentar todos estos fantasmas en su discurso institucional de Fin de Año. En un momento en que los contactos con Ada Colau y los comunes podrían sembrar dudas, Puigdemont ha querido despejarlas todas: en 2017 se hará un referéndum que será legal y “vinculante", porque "el resultado que decidan los ciudadanos de Cataluña se aplicará". Puigdemont lo tiene claro: “2017 será un año clave para el futuro de Cataluña".
En este contexto, el diálogo con el Gobierno español aparece como algo subsidiario o, en todo caso, un espacio en el que el referéndum será una condición ‘sine qua non’. "La Generalitat ha sabido tejer consensos amplios en Cataluña alrededor del referéndum", ha asegurado Puigdemont, poniendo de ejemplo la reciente cumbre en el Parlament, en la que no participó el Gobierno central. El tono es amable pero el fondo es el de siempre. Puigdemont no da ni un paso atrás.
Para Puigdemont, el diálogo con Madrid es marginal, por culpa del Gobierno central. En este sentido, ha recordado la oferta que él mismo expuso durante el debate de la cuestión de confianza y que luego reiteró en su conferencia en Madrid, y se ha quejado de que, aun así, "aún no hemos recibido respuesta a la mano tendida para pactarlo desde el Gobierno español".
Pese a ello, ha insistido en que la Generalitat "continuará teniendo la mano tendida siempre, pero desde el compromiso y la fidelidad a nuestros principios". Es decir, Puigdemont no se mueve un ápice. O referéndum pactado o referéndum al margen de la legalidad española. Una opción que cuestiona Colau, que quiere un pacto. O por el propio Artur Mas, que considera que los partidarios del “no” pasarán de votar en una consulta ilegal y se perderá credibilidad internacional. Carles Puigdemont ha insistido de forma rotunda en este último aspecto: “El referéndum será legal”.
En el discurso que ha pronunciado desde el Salón Virgen de Montserrat del Palau de la Generalitat, Carles Puigdemont ha explicado que el objetivo de la legislatura es "llevar al país de la posautonomía a la preindependencia". Para el presidente de la Generalitat se trata de "un mandato que surge de las elecciones del 27 de septiembre de 2015″, mandato que, a su juicio, se está "cumpliendo fielmente", otro guiño a parte de sus huestes, en especial la CUP, que está dudando del verdadero final de todo el ‘procés’.
Con información de El Confidencial