Unos días de descanso nunca serán malos para quienes trabajan de sol a sol, viajar, disfrutar de los ríos y playas (la opción preferida por los venezolanos) son buenos planes para esta Semana Santa. El problema es que “el descanso” siempre tiene un precio y en Venezuela supera el sueldo mínimo.
Jackly Peña/El Político
Un ejemplo de ello es Choroní en el estado Aragua que para muchos era un destino ideal y cercano, por lo menos a la ciudad de Caracas. Sin embargo, este año, se volverá un poco más “inaccesible” visitarlo para los venezolanos.
Tan solo las lanchas que llevan a las diferentes playas tienen costos elevados por persona. Oscilan desde Bs. 660.000 hasta Bs. 1.650.000. Lo que deja sin esperanza una vez más a los venezolanos de poder disfrutar un tradicional asueto.
Gracias a la crisis económica que transita el país, los ciudadanos a duras penas tienen para comprar alimentos. El disfrute y los viajes quedaron en el pasado gracias a la "revolución".