La posguerra colombiana resulta tan dolorosa como el conflicto armado de más de cincuenta años. El éxito del tribunal, llamado Jurisdicción Especial para la Paz y de la llamada Comisión de la Verdad podría ayudar a cambiar la trayectoria de una nación violenta.
El Político
Colombia sigue en guerra para muchos, como lo evidencia el asesinato de líderes sociales que intentan incorporarse a la vida civil. Sin embargo, también hay esfuerzos valientes para lograr una narrativa común que permita avanzar en la ruta de la paz.
Timochenko y Mancuso se reunirán
En esta posguerra colombiana se logran algunos triunfos. El exjefe de las Farc y presidente del partido Comunes, Rodrigo Londoño (conocido como Timochenko) y el excomandante paramilitar Salvatore Mancuso se reunirán en la Comisión de Paz.
En respuesta a las solicitudes de ambos protagonistas del conflicto que pidieron ser escuchados ante la Comisión, el padre Francisco de Roux aceptó la propuesta.
Rodrigo Londoño y Salvatore Mancuso sostuvieron una llamada telefónica el fin de semana en la que el exjefe paramilitar autorizó al exjefe guerrillero a gestionar con la Comisión de la Verdad un espacio conjunto.
Un tribunal de la posguerra colombiana
El padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad recibió una comunicación en la cual solicitaban un espacio público analizar el conflicto armado. El sacerdote aceptó la solicitud.
Este martes 9 de marzo, en una carta, De Roux dijo que han “puesto en marcha los preparativos para su realización”. También señaló que en una carta privada les envió “una ruta para la planeación del evento que incluye reuniones privadas y públicas”.
Los derechos de las víctimas
El presidente de la Comisión, dijo que el encuentro era conveniente siempre y cuando participen las víctimas. Recalcó a los excombatientes que esperaba “que el testimonio de ustedes sea ante todo dignificación de las víctimas. Espera que incentive a otros responsables a ser parte de este acontecimiento de la verdad, la reparación y la reconciliación”.
De Roux explicó en su carta que esta propuesta hace parte de “un proceso que pone en primer lugar la satisfacción de los derechos de las víctimas de todos los lados que sobreviven en Colombia y en el exilio".
Las tres claves de la posguerra colombiana
Una perspectiva de convivencia, reconciliación son las tres claves de este proceso. Para ello se require la articulación entre las entidades del Sistema: la Jurisdicción de Paz, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas.
El encuentro podría ser fuera de Colombia
De acuerdo con las cartas de Mancuso y de Londoño, el encuentro contaría con la participación de medios de comunicación, plataformas de derechos humanos, ONG internacionales y la Comisión en pleno.
Esto todavía está en evaluación, así como la participación directa de víctimas haciéndoles preguntas a los responsables.
También en entrevista con este medio, el presidente de la Comisión dijo que estaba “dispuesto a ir a donde haya que ir para poder hablar con Salvatore Mancuso personalmente”.
El tribunal de posguerra
Tras décadas de guerra civil, Colombia ha creado un histórico tribunal de posguerra destinado a revelar los hechos de un conflicto que se convirtió en la guerra más larga de América.
Miles de personas han testificado. Se están llevando a cabo investigaciones de gran alcance. Las primeras acusaciones se emitieron en enero, y los primeros alegatos se esperan para abril.
Los autores serán castigados, y los que admitan su responsabilidad recibirán penas menores y de “justicia restaurativa”, como el arresto domiciliario o permanecer en libertad mientras realizan duros trabajos físicos.
Los que se nieguen a hacerlo se enfrentarán a un juicio y a la posibilidad de pasar décadas en prisión.
En un país donde un conflicto desemboca casi inmediatamente en el siguiente, un fracaso del tribunal de paz podría significar la repetición de ese ciclo y la vuelta a los conflictos.
La locura violenta
“Tenemos una ventana, una oportunidad generacional, de salir de la locura violenta en la cual hemos vivido toda nuestra vida”, dijo Ingrid Betancourt, excandidata presidencial que fue secuestrada y retenida por la guerrilla.
En los años sesenta, la guerra se convirtió en una compleja batalla entre los grupos guerrilleros de izquierda, los paramilitares de derecha, el ejército, los cárteles de la droga.
Estados Unidos suministraba y asesoraba al ejército
Durante años, la vida cotidiana de Colombia estuvo marcada por bombardeos, secuestros y asesinatos. Al menos 220.000 personas murieron y más de cinco millones fueron desplazadas.
La guerra terminó en 2016, cuando las FARC y el gobierno firmaron un acuerdo de paz que incluía la creación del tribunal de posguerra colombiano.
Eduardo Cifuentes, presidente del tribunal dice que “La tarea primordial de la JEP es asegurar una paz sin impunidad”.
Opiniones encontradas
Lograr un consenso es parte del complejo proceso de la posguerra colombiana. Hay opiniones diversas, algunos creen que han trabajado bien las organizaciones, y otros piensan que es muy blando el castigo
El crítico más destacado del proceso es el exmandatario Álvaro Uribe, que presidió algunos de los últimos años de la guerra y sigue siendo la figura política más polémica e influyente del país.
Asesinato de civiles por el ejército
Un reciente informe de la corte involucra al ejército en más de 6400 muertes de civiles entre 2002 y 2008, durante su presidencia.
En febrero, los magistrados centraron su atención en los crímenes de los militares, emitiendo el informe mordaz que implicaba a los oficiales en el asesinato intencionado de al menos 6402 civiles cuando Uribe estaba en el poder.
Uribe respondió al informe calificándolo de “atropello” con “un solo propósito” de “desacreditar a mi persona”.
Los asesinatos formaban parte de una estrategia revelada anteriormente en la que los soldados colombianos o sus aliados sacaban a los civiles de sus hogares con la promesa de puestos de trabajo, y luego los mataban e intentaban hacer pasar sus asesinatos por muertes de combatientes.
Se espera que los magistrados comiencen a anunciar acusaciones en ese escándalo este año.
Uribe ha dicho en repetidas ocasiones que hizo todo lo que pudo para detener los asesinatos y está exento del tribunal como expresidente.
Las conclusiones son explosivas
Hasta ahora, las conclusiones del tribunal han sido explosivas, al revelar un número de víctimas muy superior al confirmado anteriormente y acusaciones contundentes que muchos escépticos no esperaban.
En enero, los magistrados emitieron su primera acta de acusación, en la que se incriminaba a ocho altos dirigentes de las FARC de orquestar una operación de secuestro por rescate.
La práctica de secuestro duró décadas y causó más de 20.000 víctimas, muchas de ellas civiles, algunas de las cuales fueron violadas o asesinadas. Los secuestros se utilizaron para financiar la insurgencia, según el tribunal, y constituyen crímenes de lesa humanidad.
Habrá culpables
Los ex dirigentes de las FARC acusados indicaron que admitirán su culpabilidad. Si lo hacen, recibirán penas no privativas de libertad. Las mismas podrían incluir hasta ocho años desenterrando viejas minas terrestres o rastreando cadáveres.
Si no admiten su culpabilidad, se enfrentarán a un juicio y a la posibilidad de pasar décadas entre rejas.
Tienen hasta abril para responder al tribunal
Dos de los líderes rebeldes acusados de crímenes de lesa humanidad son senadores en ejercicio. Una disposición del acuerdo de paz que transformó a las FARC en un partido político y le dio diez escaños en la legislatura de 280 personas.
Algunas víctimas piden que los senadores acusados dimitan. Otros, como Betancourt, creen que se les debe permitir permanecer.
“Me parece que es muy importante que le digamos a Colombia que estamos construyendo una democracia suficientemente madura como para oír la voz política de personas que delinquieron”, pero que luego “aceptaron firmar la paz”, dijo.
Una Colombia dividida
El tribunal de posguerra colombiano se reúne en un imponente edificio negro en una avenida principal de Bogotá. Algunos testimonios son públicos y se han transmitido por las redes sociales o se han divulgado en documentos.
Para proteger la seguridad de los participantes, la mayor parte de las audiencias se realiza a puerta cerrada.
La reunión de alias Timochenco y Mancusso es un paso más en el camino a la reconciliación.