Aún se desconce si Ucrania vencerá al ejército ruso invasor que es más numeroso y cuenta con un armamento superior, o incluso cómo sería la victoria.
El Político
Y las súplicas por armas de Ucrania se han convertido en una cantinela tan constante que algunos en Occidente las han ignorado, pues las tratan como un ruido de fondo poco realista, informó NYTimes.
Sin embargo, uno de los elementos que ha caracterizado a las fuerzas ucranianas es su inquebrantable voluntad de lucha.
Hace varios días, una descarga de artillería ucraniana impactó un puente importante ubicado en el río Dniéper que era un punto de cruce vital para los suministros rusos.
Los analistas dicen que el ataque marca el comienzo de una contraofensiva en el sur con miras a recuperar Jersón, una ciudad importante.
Por su parte, un trabajo de CNN revela que cuando Rusia invadió Ucrania en febrero de este año, muchos creyeron que la guerra duraría apenas unos días: la superioridad de las Fuerzas Armadas rusas en equipamiento, cantidad de soldados y potencia de fuego frente a las tropas ucranianas parecía, y aún es, avasallante.
La posición de Rusia siendo más favorable que la de Ucrania
No es que Rusia no haya tenido éxitos: capturó grandes porciones de territorio ucraniano en el este, desde dónde sigue intentando avanzar —lentamente—, y más aún en el sur, donde parece haberse atrincherado para consolidar su control sobre buena parte de la costa de Ucrania. Su posición sigue siendo más favorable que la de Ucrania.
Pero el avance sobre la capital Kyiv de los primeros días acabó en fracaso y retirada.
Además, sus constantes bombardeos sobre todo el país no han llevado al gobierno ucraniano a la rendición y las tropas ucranianas, que reciben apoyo material de países de la OTAN, aún siguen operando e incluso montando contraataques locales.
Por su parte, crecen los reportes de una posible contraofensiva en el sur, reportó CNNEspanol.
¿Por qué, entonces, le ha sido tan difícil a Rusia, una de las principales potencias militares del mundo, doblegar a Ucrania?
La voluntad de luchar y la resistencia ucraniana
Los soldados que defienden el territorio en el que viven con sus familias suelen tener más incentivos y una mayor voluntad de pelear que aquellos que, por el contrario, están conduciendo actividades ofensivas en otro país, a pesar de que cuenten con superioridad militar.
Las tropas ucranianas han mostrado voluntad de lucha desde el primer día
Esto se ha visto con claridad durante la guerra de Vietnam y también en las dos guerras de Afganistán que protagonizaron y perdieron:
La Unión Soviética en la década de 1980 y EEUU a partir de 2001.
En el caso de la guerra actual, las tropas ucranianas han mostrado esta voluntad de luchar desde el primer día.
En esa línea, han acatado las órdenes de movilización general y presentado batalla a las tropas rusas en repetidas ocasiones, aún cuando sufren fuertes pérdidas.
Y todo frente a numerosos reportes de atrocidades rusas en Bucha y recientemente en Kyiv, que el Kremlin niega.
"La moral y la voluntad de lucha ucranianas son incuestionables, y creo que mucho más elevadas que el promedio la voluntad de lucha del lado ruso, por lo que creo que eso da a los ucranianos una ventaja significativa".
Así lo dijo Colin Kahl, subsecretario de Política del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Por el contrario, los reportes de baja moral entre las tropas rusas, muchas de las cuales fueron movilizadas en febrero sin saber que participarían de una guerra, no han cesado desde el inicio de la guerra.
Sobre todo entre conscriptos y entre tropas de las República Populares de Donetsk y Luhansk, levantadas en el este de Ucrania en 2014 bajo apoyo de Moscú y que pelean ahora junto a los rusos.
En marzo el jefe de inteligencia del Reino Unido, Jeremy Fleming, dijo que la moral era tan baja en algunas unidades rusas que hubo instancias en las que estas se habían negado a cumplir órdenes.
Un funcionario de Defensa de Estados Unidos también dijo en marzo que había casos de baja moral en algunas unidades rusas frente a la inesperada resistencia ucraniana, y el portavoz del Pentágono, John Kirby, citó informes sobre "problemas de moral y falta de cohesión en unidades" específicas.
Rusia reconoció que las tropas rusas tenían problemas de moral
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, rechazó en diálogo con Christiane Amanpour, de CNN, estos reportes de EE.UU. de que las tropas rusas tenían problemas de moral. "Probablemente habría que dudar de esta información", dijo.
En agosto, sin embargo, Pavel Filatyev criticó duramente al conflicto y al Kremlin en un testimonio escrito que publicó en redes sociales de Rusia, antes de abandonar el país, asegurando que las tropas rusas están "cansadas, hambrientas y desilusionadas".
Se trata de un paracaidista ruso que participó en los primeros meses de la guerra,
"Entendimos que nos arrastraron a un conflicto grave en el que simplemente estamos destruyendo ciudades y no estamos liberando a nadie en realidad. Solo estamos destruyendo vidas pacíficas", dijo Filatyev.
"Este hecho influyó enormemente en nuestra moral. Esa sensación de que no estamos haciendo nada bueno".
Advierten sobre el deterioro de las condiciones de vida de los rusos
Considerando el impacto económico a mediano y largo plazo de las sanciones de Estados Unidos y sus aliados a Rusia, es de esperar que las condiciones de vida de los rusos se deterioren en los próximos meses, y esto podría tener un impacto mayor aún en la moral.
Por supuesto, Ucrania no es inmune a esta situación: su economía se ha hundido, sus exportaciones de granos han caído y millones han perdido sus empleos o se han visto forzados emigrar o desplazarse dentro de las fronteras nacionales desde febrero.
Esto ocurre mientras se aproxima un invierno que será especialmente duro por el impacto el conflicto en los precios y el suministro de energía.
Rusia no ha usado todo su poderío
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, calificó a la invasión de Ucrania iniciada el 24 de febrero como una "operación militar especial".
Además, el gobierno ruso se ha estado refiriendo de esta forma a lo que Occidente ve como una "guerra de agresión".
Aunque parezca apenas una cuestión de semántica, especialmente para los que sufren los bombardeos de uno y otro lado, esta clasificación da cuenta de que Rusia, al menos por ahora, no se ha valido de todos sus recursos ni ha utilizado todo su poder de fuego contra Ucrania.
El Kremlin no ha movilizado a todos los hombres, como hizo Kyiv, y sigue valiéndose de sus reclutas, al tiempo que tampoco ha puesto a la economía en pie de guerra, a pesar de las sanciones, y tiene reservas de equipo militar y efectivos con las que que Ucrania no cuenta.
La superioridad militar de Rusia, cuyo poderío solo es superado en el mundo por EEUU, es patente sobre Ucrania: al inicio de la guerra contaba con 900.000 soldados activos (aunque solo desplegó una parte) contra los 190.000 de Ucrania; casi 16.000 tanques contra 3.300; unos 1.400 aviones contra 400; y tenía un gasto de US$ 45.800 millones contra US$ 4.700 millones.
Armas nucleares
Pero hay otra diferencia capital entre las capacidades militares de Rusia y Ucrania: las armas nucleares.
Rusia tiene uno de los dos principales arsenales atómicos del mundo, junto con Estados Unidos. Cuenta con unas 6.225 ojivas nucleares, de las cuales 1.625 están desplegadas, es decir listas para usar. Rusia cuenta además con la llamada "tríada nuclear" de medios de lanzamiento de estas ojivas: misiles balísticos, submarinos y aviones.
En este arsenal hay armas estratégicas de enorme poder, diseñadas para destruir ciudades enteras a miles de kilómetros de distancia, pero también hay armas tácticas de potencia reducida y diseñadas para ser usadas en conflictos militares convencionales, como el actual.
Ucrania no tiene armas nucleares de ningún tipo. Cuando formaba parte de la Unión Soviética, el país alojaba un importante arsenal, que finalmente entregó a Rusia tras su independencia.
Rusia no se ha mostrado dispuesto, al momento, a usar armas nucleares en Ucrania y sigue siendo poco probable que ocurra: no ha habido un ataque de este tipo desde 1945, usarlas tendría consecuencias imposibles de anticipar y aún con armas tácticas, de menor poder, el daño en territorio ucraniano sería incalculable.
Este último punto sería inaceptable para un Putin que ha dicho que Ucrania y Rusia son "un solo pueblo", que Kyiv fue corrompida por Occidente mediante un "cambio de identidad forzado" y que la "operación militar especial" buscaba, en parte, "liberar" territorios ucranianos.
La importancia del apoyo de la OTAN
Frente a esta desigualdad militar, el esfuerzo bélico ucraniano se ha estado valiendo de la ayuda material enviada por los países de la OTAN, especialmente desde Estados Unidos pero también de los europeos.
En las primeras semanas, mucho se habló de los misiles antitanque Javelin (EE.UU.) y NLAW (Suecia y Reino Unido), los cohetes Panzerfaust 3 (Alemania) o los misiles antiaéreos Stinger (EE.UU.), que fueron utilizados por la infantería ucraniana contra las columnas blindadas rusas y sus aviones de apoyo.
Luego, Occidente proveyó también a Ucrania con avanzados sistemas de artillería autopropulsada, como los cañones Caesar franceses y Panzerhaubitze 2000 alemanes, y los lanzamisiles HIMARS y obuses M777, ambos estadounidenses, que han servido en los duelos de artillería en el este.
Estados Unidos además envió misiles antiradares AGM-88 HARM
Estados Unidos además envió misiles antiradares AGM-88 HARM, para ser lanzados desde cazas ucranianos.
Estas armas están diseñadas para rastrear la radiación emitida por radares y destruirlos, por lo cual permitirían anular parcialmente las defensas antiaéreas rusas.
En cuanto a drones, Ucrania ha recibido los Bayraktar turcos y los Switchblade estadounidenses.
Todos estos sistemas de armas occidentales constituyen un salto tecnológico para las Fuerzas Armadas de Ucrania y son un enorme problema para Rusia, cuya industria de defensa sufrió grandes problemas en la década de 1990, tras la caída de la URSS, y se basa aún hoy en una gran cantidad de equipo diseñado o bien construido en el era soviética.
Kyiv espera aún más: ha estado negociando para recibir los cazas de la era soviéticos en poder de países de la OTAN –similares a los que ya opera su Fuerza Aérea–, y también para comprar tanques y otros blindados.
#GoodMorning @NATO!#WeAreNATO ??
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— España en la OTAN ?? (@SpainNATO) September 1, 2022
Pero la OTAN ha sido, al momento, cuidadosa en seleccionar qué armamento enviar, priorizando el defensivo, y cuál no, para evitar una escalada del conflicto si Ucrania lleva la guerra a territorio ruso con armamento ofensivo de origen occidental.
De cualquier manera, Ucrania parece avanzar en esa dirección: el crucero de misiles ruso Moskva fue hundido en abril en el mar, se han reportado numerosas explosiones en depósitos militares en territorio ruso cercano a la frontera —como en Belgorod— y en una base aérea rusa en Crimea.
Three ?? U.S.-based F-22 Raptors fly alongside a ?? Stratotanker assigned to England. These photos were taken during their flyover of ??, as they provide a seamless shield from the Baltic to Black Seas against air and missile threats. #WeAreNATO pic.twitter.com/mSMWsp2Sps
— US Mission to NATO (@USNATO) August 31, 2022
Pero como en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, hace más de 100 años, este conflicto parece estar premiando las acciones defensivas y dificultando las ofensivas —lo que tanto Rusia como Ucrania han comprobado—, y el estancamiento y el desgaste parecen estar convirtiéndose en la norma.