El conflicto armado entre Rusia y Ucrania, que no es otra cosa que la invasión de los primeros a los segundos, tiene más de 9 meses.
El Político
El 20 de febrero del 2022 se produjeron los primeros ataques rusos en región ucraniana una vez el líder Vladimir Putin ordenara una "operación militar especial".
Desde ese día, cruentos ataques se han dado, pero lo que ha sorprendido a todo el mundo ha sido la capacidad de defensa de los ucranianos.
El análisis de un experto, Juan Rodríguez Garat, dice el por qué ni Rusia ni Ucrania pueden ganar la guerra en su totalidad:
Análisis
Desde que el azar me llevó a comentar la guerra de Ucrania en diversos medios de comunicación, me han hecho infinidad de veces la misma pregunta: ¿Cómo y cuándo va a terminar esto? Obviamente, no puedo dar una respuesta cierta. Pero, desde luego, entiendo la inquietud.
Soy muy consciente de los esfuerzos que la humanidad ha dedicado a intentar predecir el futuro, ya fuera mediante el análisis de las vísceras de los gansos, los posos de las tazas de te o las cartas del tarot.
Hoy como entonces, es la subjetividad del analista la que con frecuencia se impone y sospecho que, después de estudiar concienzudamente el problema, aquello de sacrificar un ganso bien gordo nunca fue más que una pobre excusa de los augures romanos para celebrar un banquete a costa de quien necesitaba tener algo en qué creer.
Sirvan estos párrafos para aclarar que, a pesar de que no es la primera vez que abordo el tema del futuro de la guerra de Ucrania —en la página de YouTube de la Armada puede accederse a una conferencia titulada Tablas sin gloria, de la que todavía no encuentro mucho de qué arrepentirme— tengo tantas probabilidades de equivocarme como cualquiera. Y sirvan también para justificar que, tentado por el ganso del afectuoso halago, no renuncie a intentarlo.
El objetivo
Si entendemos que su legítimo objetivo es recuperar todo el territorio ocupado por el ejército ruso, Ucrania no puede ganar la guerra. No es que no lo merezca. Sus soldados se han cubierto de gloria enfrentándose a aviones y carros de combate con armas de infantería, sofisticadas tecnológicamente pero solo eficaces a corta distancia, donde el valor del combatiente hace la diferencia.
Hasta la llegada de los HIMARS, que han equilibrado el duelo artillero, los ucranianos han sufrido casi sin ceder terreno el intenso fuego de los cañones rusos, únicas armas del desprestigiado ejército de Putin que parecen haber estado a la altura de las expectativas.
Pero las guerras no siempre las gana quien lo merece. Raras veces en la historia se ha visto a un pueblo luchar con la desventaja con que lo hace el ucraniano.
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Fuente: Eldebate