La Policía dispersó la noche del martes con gas pimienta y bombas aturdidoras dos "blocos" (comparsas) de carnaval en las ciudades brasileñas de Sao Paulo y Belo Horizonte, que congregaron a cientos de miles de personas a lo largo de cuatro intensos días de fiesta.
En Sao Paulo, la Policía puso punto y final a la fiesta de cientos de personas que se aglutinaron hasta altas horas de la noche en el centro de la ciudad para conmemorar el último día de carnaval, la mayor fiesta de Brasil.
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Los agentes fueron accionados después de que un grupo de vecinos reclamara del ruido generado por los juerguistas, que exprimieron hasta el último minuto el llamado "carnaval de rua", en el que miles de personas bailan disfrazadas y acompañadas de músicos.
El episodio se repitió en Belo Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais, donde se registró un enfrentamiento que interrumpió una de las últimas actuaciones musicales de la noche.
Según las autoridades, algunas personas lanzaron botellas contra el público que se congregaba enfrente de un escenario situado en la región central de la ciudad, lo que generó una reyerta y la intervención de la Policía.
El carnaval de Río de Janeiro se vio parcialmente empañado por una inusual secuencia de accidentes en el sambódromo que dejó un saldó de más de 30 heridos, pero la fiesta continuó prácticamente sin incidentes en las calles de la ciudad.
Los ladrones, sin embargo, aprovecharon la multitud para llevar a cabo sus robos y al menos 13 adultos y 21 menores de edad fueron detenidos, según el balance parcial de la Secretaría Municipal de Orden Público (Seop) de Río de Janeiro.
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A pesar de que Río continúa siendo el "templo" de la samba, Sao Paulo, al igual que otras ciudades con poca tradición de carnaval, han incrementado su presencia en el mapa festivo gracias a los "blocos", que en la capital paulista han aumentado el número de turistas en hasta un 200 por ciento.
Con información de EFE