La policía brasileña investiga a un banco panameño que actuaba de manera clandestina en Brasil y que se sospecha que fue utilizado por personas relacionadas con algunos de los investigados por el escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
La entidad, cuyo nombre no fue divulgado, está en el centro de la trigésimo segunda operación de la Lava Jato, como se conoce la investigación que indaga la trama instalada en la petrolera y por la que ya han sido detenidos políticos, empresarios y directivos de la compañía.
En esta nueva fase la Policía cumple 7 mandatos de conducción coercitiva y 10 de búsqueda y aprehensión en las ciudad de Sao Paulo, Sao Bernardo do Campo y Santos.
La operación, bautizada como “caza fantasmas”, investiga crímenes contra el sistema financiero brasileño, delitos de lavado de activos y organización criminal trasnacional.
La Policía identificó que una institución financiera de Panamá actuaba en Brasil, sin autorización del Banco Central, con el objetivo de abrir y mover cuentas en territorio nacional y hacer viable el flujo de valores de origen dudoso al exterior.
Las autoridades sospechan que la entidad también poseía como producto la comercialización de empresas ‘offshore’ registradas por el bufete panameño Mossack Fonseca, que fue centro de un escándalo después de que se filtraran miles de documentos de su despacho.
En un comunicado, la Policía afirmó que los servicios puestos a disposición por el banco panameño y por Mossack Fonseca fueron utilizados por clientes para mover dinero “sucio” y también por personas y empresas relacionadas con investigados de la operación Lava Jato.
“Es posible concluir que los recursos retirados ilícitamente de Petrobras pueden haber transitado por la institución financiera investigada”, señala la Policía en una nota.
EFE