Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires destituyó a 2.130 policías por distintas faltas, pero 700 de ellos tuvieron que ser separados por “connivencia” con el delito, en decir, relaciones filiales entre la policía argentina y los delincuentes .
A este dato hay que sumarle que en este momento hay 186 agentes presos solo por causas criminales iniciadas en 2016.
El mes pasado detuvieron a una sargento que operaba la línea 911 en Tigre: su novio era pirata del asfalto y ella le cantaba en tiempo real la ubicación de los patrulleros, para que pudiera escapar con su banda sin cruzárselos. Como cosa habitual, aparecen los oficiales que denuncian “fugas” de las comisarías con dos o tres días de demora: son policías que liberan a presos para que salgan a robar para ellos y luego deben “blanquearlos” porque no regresan.
Antes de que se conociera el video de “La banda del millón” –protagonizado por elementos descartables de la mafia que temen ser eliminados por policías, no detenidos–, este año hubo otras dos manifestaciones sobre cómo delinquen los oficiales. La primera fue el 1° de abril, cuando Asuntos Internos allanó la Jefatura Departamental de La Plata y se encontró con 36 sobres que contenían 153.700 pesos de la recaudación ilegal.
Era el porcentaje –se cree que semanal– de la caja negra que comisarios y subcomisarios de la zona les enviaban a sus jefes, en una cadena de corrupción. Cuando la Justicia les pidió a esos oficiales que hicieran pericias caligráficas para cotejar su letra con la de los envoltorios, diez de ellos directamente se negaron. Otros diez ya tienen pedido de detención.
A pesar de esto, el mecanismo no frena. A fines de mayo, por otra denuncia anónima, Asuntos Internos allanó un garito clandestino en Malvinas Argentinas y se encontró otra vez con sobres llenos de dinero, rotulados con las dependencias policiales a las que estaban destinados. Lo más sorprendente fue que, al llegar al lugar, se toparon con un comisario saliendo y con otros dos, adentro. Era día de pago.
A principios de este mes, el Grupo Halcón allanó en Morón la casa de Adrián Almaraz, “El Rey del Juego” y se encontró, otra vez, con sobres. Eran 15. “A la Policía se le da algo para no tener problemas. Ellos (los policías) venían a buscar la plata una vez por mes”, confesó el capitalista. Entre los destinatarios aparecía hasta la División Narcotráfico. ¿Qué tenía que ver? Almaraz indicó que todo policía que descubre alguna actividad ilícita va a tocarle el timbre al responsable, no para detenerlo sino para pedirle su tajada. O su “astilla”, como dice “La banda del millón” en su video Sinaloa style.
Con información El Clarín