Una denuncia sobre una venta "pirata" de unos zapatos marca Nike en la tienda del Centro Comercial Sambil, ha desatado toda una serie de preguntas sobre la piratería en Venezuela; una industria que produce millones de dólares y no es facil de combatir.
Mario A. Beroes Ríos/El Político
La marca de ropa y calzado deportivo Nike se hizo tendencia en Venezuela después de que un cliente denunció en un video en Twitter que había adquirido unos zapatos de dicha marca estadounidense, en la propia tienda de la maerca, y por las que pagó 180 dólares. El par de zapatos se rompieron, tras poco uso, y la tienda no quería cambiarla la propia tiendas.
El modelo que muestra el hombre parece ser de los que se utilizan para los corredores en asfalto, el Nike Pegasus en su edición 37. En el sitio web de la marca de oriunda de Oregon el modelo 39 se consigue actualmente por menos de 80 dólares, pese a que su precio de lanzamiento era de 130 dólares.
Pirateria empresarial
Desde hace un par de años, vienen surgiendo denuncias sobre el uso "indebido" de ciertas marcas internacionales en el país.
No es solamente la estadounidense Nike, la que es cuestionada y acusada de estafa, quien estaría siendo investigada sobre el uso legal en Venezuela y a quien los usuarios exigen una aclaratoria sobre la validez de la licencia en el país.
Es más, no es la primera marca estadounidense cuya autenticidad ha sido puesta en tela de juicio durante los últimos años, de hecho la tienda del Sambil no aparece entre los establecimientos autorizados en la página oficial de la marca deportiva.
A finales de 2021, la inauguración de un supuesto local de Starbucks, cadena internacional de cafeterías con sede principal en Washington, desató las alarmas en un país sancionado económicamente por las autoridades estadounidenses, desencadenando un pronunciamiento oficial de la compañía, la cual se desentendía de un posible vínculo.
Al caso de Starbucks se unen los de Costco, Amazon, Home Depot cuyos nombres fueron suplantados de la manera más irresponsable ilegal, sin que las autoridades venezolanas se preocuparan por ejercer las acciones legales correspondientes.
Piratería gubernamental
El primer propiciador del irrespeto a los derechos de autor o uso de la piratería es el régimen que encabeza Nicolás Maduro Moros. Ya es costumbre ver en los canales vinculados al partido gubernamental, películas, series, o cualquier evento audiovisual de empresas, cadenas o productoras audiovisuales a los cuales no se le cancelan los derechos de autor.
"Hay una falta de voluntad política por hacer cumplir la ley de propiedad intelectual", asegura Joaquín Núñez, socio del bufete de abogados caraqueño Hoet, Peláez, Castillo y Duque ,que se especializa en casos referentes a este campo y ya ha reunido en él una trayectoria de tres lustros en enttevista para el portal magnet.xataca.com.
Un diagnóstico evidente con el que no puede más que coincidir José Pisano, representante de la Asociación de la Industria del Cine (ASOINCI), que además encabeza la distribuidora Blancica, encargada de los filmes de Sony Pictures y Warner Bros. en Venezuela
"Tuvimos varias reuniones con el Gobierno y no hubo nada que hacer. Ellos aducen que, ideológicamente, hay que mantener la puerta abierta a que la sociedad disfrute de cierto tipo de material, y no ha habido manera de actuar contra las copias"
"Se nos dijo que iban a proteger básicamente la propiedad intelectual venezolana, películas venezolanas. Pero luego eso, como tantas cosas, se fue relajando".
Sin apoyo
Se intentó luego con la Guardia Nacional la persecución legal, pero este cuerpo castrense "fue a locales de venta pirata, incautó la mercancía y anotó los nombres de los implicados, pero después veíamos que se volvían a instalar en otra parte".
El régimen de Maduro las permite, ya que son compañías que pagan impuestos, tienen todo legalizado excepto lo que venden; arman su estructura comercial de forma completa y, si les demandan y saben que viene la policía, eliminan la empresa, mueven el género y lo esconden y crean otro negocio con socios distintos.