El presidente chileno Sebastián Piñera decretó estado de emergencia la madrugada del sábado tras una violenta jornada de protestas por el alza del transporte público que dejó incendios en estaciones de metro, barricadas y enfrenamientos en las calles entre manifestantes y policía, reseñó Reuters.
El Político
La red del tren subterráneo, una de las más modernas de América Latina con 140 kilómetros de extensión y 136 estaciones, ha sido escenario desde hace 11 días de protestas convocadas por jóvenes y estudiantes que llamaron a evadir el pago de los pasajes del transporte en protesta por el incremento, según reseña la reportera Natalia Ramos.
“Haciendo uso de las facultades que como presidente de Chile me otorga la Constitución y la ley, he decretado estado de emergencia”, afirmó Piñera en una breve declaración a la prensa en el Palacio de La Moneda.
“El objetivo de este estado de emergencia es muy simple pero muy profundo, asegurar el orden público, la tranquilidad de los habitantes de la ciudad de Santiago”, añadió el presidente sobre una medida que en casos excepcionales puede restringir los derechos y garantías de los ciudadanos.
La declaración de estado de emergencia incluye a dos provincias de la Región Metropolitana, entre ellas Santiago, y dos populosos municipios al sur de la capital, que quedaron bajo dependencia del jefe de la Defensa Nacional que designe el presidente.
Más temprano el viernes, la compañía estatal había informado que toda la red del metro había sido cerrada “por disturbios y destrozos que impiden contar con las condiciones mínimas de seguridad para pasajeros y trabajadores”.
El servicio quedará suspendido al menos por el fin de semana.
La policía antidisturbios se desplegó desde primeras horas de la tarde en las calles de Santiago en medio de las protestas de usuarios indignados por el aumento de las tarifas. Las estaciones de metro comenzaron a cerrar paulatinamente mientras miles de personas caminaban por las usualmente tranquilas avenidas de la capital chilena.
Al caer la noche se registraron incendios en varias estaciones, así como barricadas en las calles. En el centro de Santiago, el edificio corporativo de la empresa eléctrica Enel sufrió un incendio en una de sus escaleras, que ya fue controlado por bomberos.
Mientras que DW reseña que los soldados comenzaron a desplegarse en horas de la madrugada (hora local) de este sábado en las zonas más conflictivas, como respaldo a la acción de Carabineros (policía militarizada), que se vio claramente superado por la magnitud de las manifestaciones. Éstas fueron convocadas originalmente por estudiantes secundarios, pero encontraron rápido eco en otros sectores de la sociedad, en un país donde también se anunciaron recientemente alzas importantes en los precios de la luz.
"Las fuerzas policiales siguen ejerciendo sus tareas de patrullaje y control de los servicios de vía pública y control de aquellos sectores que fueron afectados. Las fuerzas militares van a salir ya en este momento a patrullar la ciudad en aquellos sectores más conflictivos”, sostuvo el general de división Javier Iturriaga, nombrado jefe de Defensa Nacional por el presidente, que gobierna apoyado por una coalición de derecha.
Distintos actores políticos llamaron al gobierno a dar pie atrás en el alza de la tarifa, que en horario alto pasó de 800 pesos (1 euro) a 830 pesos (1,05 euros). Sin embargo, las manifestaciones tendrían una raíz más profunda, en un país donde, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, el 50 por ciento de los trabajadores gana mensualmente menos de 400.000 pesos (unos 550 euros). El malestar por el sistema de pensiones, la excesiva cantidad de horas de trabajo, la crisis hospitalaria que vive el servicio sanitario y las desafortunadas declaraciones de algunos ministros, que llamaron a levantarse más temprano para ahorrar o a comprar flores porque habían bajado de precio, incendiaron aún más el ánimo ciudadano.