El pasado 8 de noviembre el mundo estuvo expectante ante la elección del nuevo presidente de Estados Unidos (EEUU); sin embargo, ese día también se decidió el futuro de la marihuana (mariguana) en cuatro estados donde votaron a favor de la legalización para fines recreativos: Nevada, Maine, Massachusetts y California. Esa aprobación obliga, según expertos, a que el Congreso de la Unión acelere la discusión de la regulación en México.
El senador Roberto Gil Zuarth, quien sumó una de las propuestas más completas, explica que el país no puede tardar más, sobre todo por la aprobación en el Estado vecino de California. “La realidad nos ha alcanzado… es momento de darle un poco más de sentido humano, de racionalidad a la política y dar pasos en la dirección de la regulación del consumo. Esto no significa que vamos a tener un régimen de plena libertad, vamos a encontrar un modelo regulatorio que debilite el mercado negro, bajo un régimen de control público”.
Acentúa que la legalización con fines recreativos en California, el principal mercado de la mariguana mexicana, trae tres grandes implicaciones sociales a nuestro país: “Generará consecuencias en términos de una mayor oferta en México, una reducción de los ingresos de los criminales y, eventualmente, una explosión en términos de adicciones y violencia, precisamente porque se ha quedado sin mercado un negocio que antes existía y le reportaba importantes ganancias a los criminales”.
Juan Ramón de la Fuente, presidente del Aspen Institute en México, recuerda que “este año el mercado para su uso medicinal y recreativo en los Estados Unidos superará los siete billones de dólares”, pero en cuatro años se estima que llegará a los 22 billones.
Abunda que, por hacer exactamente lo mismo, como sembrar mariguana, un joven emprendedor norteamericano tendrá un buen ingreso, pagará impuestos, será respetable y enviará a sus hijos a una buena escuela; mientras tanto, a unos cuantos kilómetros, un campesino mexicano seguirá viviendo en pobreza, explotado por los narcos y, eventualmente, encarcelado. “Con muro o sin él, resulta absurdo mantener semejante asimetría”. Por eso se debe avanzar en la regulación.
En eso coincide Jorge Castañeda, ex canciller y académico, quien afirma que es insostenible mantener la “guerra” contra el narco en el país, cuando en el otro lado, la mariguana se consigue fácilmente.
Roberto Gil Zuarth añade que debe acelerarse la legislación, “tenemos abierto el Congreso hasta el 15 de diciembre, así que tenemos un mes para lograr consenso en la Cámara de Senadores y, si no, el nuevo periodo que comienza el primero de febrero debe ser una nueva oportunidad para intentarlo. No queda tiempo: si queremos reducir el impacto, debemos dar el paso”.
Con información de El Informador