Cientos de residentes de la comarcal rural surcoreana donde se ha desplegado el escudo estadounidense antimisiles THAAD presentaron una demanda ante el Tribunal Constitucional para que prohíba su instalación y funcionamiento.
Un total de 527 habitantes del condado de Seongju y la cercana localidad de Gimcheon, 200 kilómetros al sudeste de Seúl, han pedido a la corte que bloquee el envío de nuevos componentes necesarios para el funcionamiento del sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD), pensado para interceptar misiles norcoreanos.
Los residentes consideran que sus derechos constitucionales han sido vulnerados por el Gobierno surcoreano, que acordó el pasado julio con EE.UU. la instalación del THAAD ante los repetidos ensayos de armas del régimen de Pyongyang.
Los habitantes de esta comarca agrícola están preocupados por la posibilidad de que su región se convierta en objetivo de ataques norcoreanos y también por los efectos que los potentes radares del escudo tengan sobre su salud y sus cosechas.
Muchos surcoreanos consideran además que el despliegue se ha hecho precipitadamente y que fue aprobado por un Gobierno que ha sido depuesto por un caso de corrupción, postura que defiende el candidato favorito en las presidenciales de mañana, el liberal Moon Jae-in, que ha hablado de una posible revisión del acuerdo si gana.
La decisión de instalar el THAAD, que está operativo desde la pasada semana, ha empeorado la relación de Seúl con Pekín, ya que el Gobierno chino considera que los radares del sistema pueden usarse para espiar sus instalaciones militares.
Su despliegue coincide con un clima de creciente tensión en la península ante la insistencia aun mayor de Corea del Norte a la hora de lanzar proyectiles balísticos y la dialéctica endurecida de Washington desde la llegada al poder Donald Trump, cuyo Gobierno ha insinuado la posibilidad de hacer ataques preventivos sobre Pyongyang.
Fuente: EFE