El almacén de gas de Aliso Canyon, situado en la localidad californiana de Porter Ranch y que en 2015 ocasionó la mayor fuga de gas metano en la historia de EE.UU., podrá reanudar su actividad con un funcionamiento reducido después de que las autoridades concluyeran que no hay riesgos.
La División de Petróleo, Gas y Recursos Geotérmicos de California (DOGGR, en inglés) comunicó por medio de un comunicado su decisión tras meses de "rigurosa inspección y análisis" en esta instalación ubicada en Porter Ranch, una comunidad al noroeste de Los Ángeles en la que viven unas 30.000 personas.
Alrededor de 97.000 toneladas de metano fueron arrojadas a la atmósfera entre el 23 de octubre de 2015 y el 18 de febrero de 2016 debido a una fuga registrada en la planta de Aliso Canyon, un incidente que obligó al traslado de miles de personas de Porter Ranch.
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La masiva fuga de gas metano provocó que en enero de 2016 el gobernador de California, Jerry Brown, declarara el estado de emergencia en la zona debido, entre otros factores, a los efectos adversos que estaba teniendo en los habitantes del lugar, muchos de los cuales sufrieron mareos, vómitos y náuseas.
Un estudio publicado por la revista especializada Science aseguró que, en su punto máximo, la fuga de Porter Ranch duplicó la tasa de emisiones de metano de toda la cuenca de Los Ángeles.
"La instalación se someterá a la más rigurosa monitorización, inspección y requerimientos de seguridad de la nación y sólo almacenará el mínimo de gas necesario para abastecer al área de Los Ángeles", señaló hoy el supervisor de DOGGR, Ken Harris.
Fuente: EFE.