El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está en transición o camino a lo que realmente lo hace “feliz”: afrontar a miles de admiradores en la campaña electoral rumbo a las elecciones del 2020, reseñó POLÍTICO.com.
El Político
La reportera Gabby Orr detalla que cuando el presidente Donald Trump llegó a Monaca, Pensilvania, recientemente para un evento oficial en la Casa Blanca para promover las metas energéticas de su administración, lo aprovechó como una oportunidad para concentrarse en lo que más le gusta: sus planes de campaña.
El anticipo del mensaje de su campaña de otoño se basó en una red enredada de asuntos sin resolver que promete resolver durante un segundo mandato: ganar contra China, a pesar de que su guerra comercial ya está mermando la economía de Estados Unidos; terminar un muro en la frontera sudoeste, que sólo ha sido reforzado o reemplazado en ciertas áreas desde que asumió el cargo; aprobar oleoductos, a pesar de que las propuestas existentes están a la espera de ser aprobadas en su actual mandato; y luchar contra los déficits "masivos" con los principales socios comerciales de Estados Unidos, a pesar de que la mayoría de ellos se han expandido desde que asumió el cargo.
“He cumplido con creces mis promesas”, se jactó Trump en la reunión del mes pasado. “Pero vamos a producir más y más”.
Orr asegura que Trump se está preparando para llevar a cabo el resto de su presidencia de la manera que siempre le ha parecido más cómoda: en el modo de campaña, hablando sobre por lo que luchará si es reelegido. Y sus ayudantes están construyendo una operación con un programa de campaña riguroso que le permite al presidente apoyarse en sus fortalezas con más mítines, más ataques a los demócratas y más promesas de lo que Trump podría lograr con cuatro años más.
La campaña de Trump está posicionando a su candidato para captar la atención de los votantes fuera de su base central en los menguantes meses de 2019, cuando los demócratas se atacan entre sí antes de que el campo se reduzca. Parte del plan incluye el despliegue de personal de Trump y de campo en los estados que perdió en 2016 por un estrecho margen, o donde afirman haber detectado tendencias que podrían ser políticamente ventajosas para el republicano en el cargo.
Un funcionario de la campaña dijo que Trump podría organizar mítines en Minnesota, Nuevo México, Colorado y Nevada. La operación de reelección del presidente ya está en marcha en algunos de esos estados, y se espera que esté en todos ellos a finales de año, agrega Gabby Orr.
Fuente: POLÍTICO.com