La exigencia de los directivos de la plataforma de criptomonendas FTX de que le sean devueltas las donaciones hechas a organizaciones partidistas, en particular al Partido Demócrata, parece que va a ser aceptada, pero no bajo los términos ni con los montos que ellos pensaban.
Mario Beroes/El Político
Sam Bankman-Fried, exCEO y fundador de FTX, era uno de los mayores donantes del Partido Demócrata estadounidense, lo que ha puesto al partido del burro en una "posición incómoda."
A pesar de que se calcula que las donaciones realizadas superan holgadamente los 45 millones de dólares, el partido solamente retornará a las arcas de FTX, el equivalente al 2,2% de dichas donaciones.
La cuantía que espera devolver el Partido Demócrata equivale a poco más de un millón de dólares.
En concreto, el Comité Demócrata de Campaña del Congreso y el Comité Demócrata de Campaña Senatorial devolverán 353.000 dólares, mientras que el Comité Nacional Demócrata (DNC) está reservando 815.000 dólares para el mismo cometido.
¿Por qué es importante?
Aunque se sospecha que los montos "donados" por Sam Bankman-Fried a los políticos, básicamente demócratas, sería más de la que ha trascendido, plataformas como OpenSecrets recogen importantes tansferencias millonarias que hoy día han quedado bajo sospecha.
De hecho, Bankman-Fried figura en los registros como el segundo mayor donante del Partido Demócrata en las pasadas elecciones, sólo por detrás del controvertido magnate George Soros.
Conclusión
desde hace un par de semanas la directiva actual de FTX presionaba a los receptores de los donativos para su devolución.
Mediante una carta remitida a los diferentes beneficiarios, se instaba a la devolución de las cuantías antes del 28 de febrero, fecha a partir de la cual se reservan la potestad de emprender acciones legales.
Según parece, en caso de que se determine que las donaciones se realizaron de forma fraudulenta, se podría pedir responsabilidades desde instancias judiciales.
De iniciarse el proceso, sin duda, se va a presentar un auténtico circo mediático que además no favorece en absoluto a los Demócratas de cara al arranque de la campaña electoral.