Los ciudadanos del departamento colombiano del Chocó (oeste) iniciaron hoy un paro cívico para reclamar mejoras en las infraestructuras y de los centros médicos, así como inversiones en educación y cultura, entre otros.
La protesta paralizó las actividades comerciales y educativas, así como el transporte en Quibdó, la capital departamental, dijo a Efe Antonio Andrade, coordinador del Comité Cívico departamental por la salvación y dignidad del Chocó, organizador del paro cívico.
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"La ciudad está totalmente apagada", aseguró el dirigente, quien indicó que este miércoles no funcionaron las escuelas ni entidades publicas departamentales, ni nacionales.
Chocó es un departamento selvático asolado por la violencia de las guerrillas, las bandas criminales de origen paramilitar y organizaciones dedicadas al narcotráfico.
Además, es una de las regiones más afectadas por la corrupción.
Andrade aseguró que reclaman una "revisión integral del modelo económico" que, consideró, tiene convertido a ese departamento "en la sociedad más rezagada del país a pesar estar en el territorio más rico del universo".
El dirigente señaló que la sociedad chocoana está integrada por "grupos étnicos negros e indígenas sometidos a un modelo económico excluyente como el de Colombia y racista".
La Defensoría del Pueblo de Colombia denunció hoy el mal estado del hospital San Francisco de Asís de Quibdó.
Entre el pliego de peticiones presentado por los organizadores del paro, está justamente una mejora de ese centro médico.
El hospital cuenta con una situación peor para los pacientes y para el personal que hace cuatro meses, cuando el defensor del Pueblo, Alfonso Cajiao, visitó sus instalaciones, indicó la entidad en un comunicado.
"La situación de deterioro de la infraestructura es palpable en la mayor parte de las instalaciones, con goteras y techos a punto de caerse, en habitaciones y hasta en las zonas cercanas a los quirófanos", agregó la información.
En este sentido, la entidad denunció que el mayor riesgo lo viven las madres y los bebés que están en el hospital, ya que en la zona de maternidad hay humedad, moho y goteras.
Además, las camas y los equipos médicos están deteriorados y oxidados, y las habitaciones no tienen puertas.
Un equipo de la Defensoría del Pueblo realizó una visita nocturna al centro médico y observó que había una sobreocupación del 150 %, con solo 42 camas disponibles.
Ese número es insuficiente, según los datos de la entidad, por lo que debían recurrir a camillas ubicadas en pasillos.
Con información de EFE