La reunión se celebra cinco días antes de la cumbre del G7 en Biarritz (Francia), cumbre a la que Rusia no está invitada desde que la anexión ilegal de Crimea en 2014 provocó su expulsión.
Rosana Ordóñez/El Político
Los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y Rusia, Vladimir Putin, dialogan hoy en la sureña localidad de Fort de Bregançon, en una visita de trabajo del jefe del Kremlin para abordar crisis que preocupan a Europa y el mundo en la cual conversarán sobre temas que enfrentan a Moscú y Occidente, como los conflictos en Ucrania y Siria, según informa Prensa Latina.
En su audaz politica internacional Putín tendrá que hacer concesiones a Macrón quien hace esfuerzos por consolidar un liderazgo importante en europa, aunque para eso tenga que rezar con el ruso.
París bien vale una misa (Paris vaut bien une messe) es una frase atribuida a Enrique de Borbón o de Navarra, el pretendiente protestante al reino de Francia, que eligió convertirse al catolicismo para poder reinar Desde entonces viene utilizándose con el sentido de la conveniencia de establecer prioridades: es útil renunciar a algo, aunque sea aparentemente muy valioso, para obtener lo que realmente se desea.
Macrón revive tradición conciliadora
Según el análisis de El País, la retirada de la canciller alemana, Angela Merkel, le deja espacio como líder más influyente del club. El liderazgo de Trump tiene altibajos en Europa, por lo tanto, Macron reclama la tradición gaullo-mitterrandiana, por los presidentes De Gaulle y Mitterrand en la cual Francia ejerce como mediadora entre potencias y como factor de equilibrio en el desorden global.
Según analistas franceses, Macron ve el encuentro con Putin como la oportunidad de ganar fortaleza interna, en momentos en los que comienza a recuperarse en las encuestas tras la crisis de los chalecos amarillos, aunque sigue amenazado por problemas serios.
Ucrania, también vale una misa
Macron podría solicitar a Putin un acercamiento con el electo mandatario de Ucrania, Volodymyr Zelensky, quien propuso el acercamiento Kiev-Moscú, acompañado por Alemania y Francia, para poner fin a los combates en el Donbass, resultantes del golpe de Estado que Occidente promovió en 2014.
Rusia se ha mostrado dispuesta a buscar una solución aceptada para las partes, pero sin perder de vista que detrás de esta crisis gravita el objetivo de la OTAN de cercarla política y militarmente, reviviendo las tensiones de la época de la Guerra Fría.
Siria e Irán, asuntos complicados
Respecto a Siria, también el debate es complicado, porque occidente con Francia incluida apuesta por el cambio de régimen en Damasco, mientras Rusia apoya al gobierno de Bashar al Assad, bajo el argumento de que el futuro del país levantino solo corresponde trazarlo a sus habitantes, sin injerencia foránea.
Otro asunto clave a discutir entre Macron y Putin en Fort de Bregançon, localidad para el descanso veraniego de los presidentes galos, es el que involucra a Irán, después de las tiranteces creadas por Estados Unidos al salir del acuerdo nuclear con Teherán y retomar las sanciones unilaterales a la nación persa.
Francia y Rusia, junto a Alemania, China y Reino Unido, abogan por la continuidad del pacto alcanzado en Viena en 2015, pero en la práctica París, Berlín y Londres enfrentan el dilema de acompañar a la Casa Blanca en su nueva aventura o hacer valer sus intereses y compromisos defendiendo el acuerdo.
Venezuela, un apoyo cuestionado
El apoyo que Rusia da a Venezuela cuando Europa y Estados Unidos trabajan por un cambio de gobierno mediante renuncia del Presidente Nicolás Maduro y elecciones presidenciales. El caso venezolano se complica ante acuerdos militares cada vez mas profundos entre MOscú y CAracas, el cual incluye entre otros, el uso comun de bases militares.
Putin debe afrontar el tema de las protestas antigubernamentales en Moscú y la represión violenta a las mismas.Pero Putín, con su estilo autocrático, hasta podría aceptar ir a Misa con Macrón, rezar por la paz del mundo, pero no aceptará intromisiones.