El papa Francisco invitó a los jóvenes a que abandonen "la sofá-felicidad" de estar tirados en el sillón sin hacer nada, para levantarse y decidir su futuro, en su discurso ante más de un millón de ellos reunidos para la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebra en Cracovia.
Con este ejemplo, el pontífice argentino lamentó la parálisis de muchos jóvenes de los que dijo "confunden felicidad con un sofá".
"Un sofá que nos ayude a estar cómodos, tranquilos, bien seguros. Un sofá -como los que hay ahora modernos con masaje incluido- que nos garantiza horas de tranquilidad para trasladarnos al mundo de los videojuegos y pasar horas frente a la computadora", lamentó el papa Francisco.
El pontífice continuó con esta metáfora para denunciar entonces lo que llamó "la sofá-felicidad", que hace que "poco a poco, sin darnos cuenta, nos vamos quedando dormidos, nos vamos quedando embobados y atontados mientras otros -quizás los más vivos, pero no los más buenos- deciden el futuro por nosotros".
Por ello, el papa Francisco quiso sacudir las consciencias de los chicos y chicas y les dijo: "No vinimos a este mundo a vegetar, a pasarla cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca, al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella".
Es verdad, les dijo el papa, "que la droga hace daño", pero, advirtió, "hay muchas otras drogas socialmente aceptadas que nos terminan volviendo tanto o más esclavos. Unas y otras nos despojan de nuestro mayor bien: la libertad".
"Hay que animarse a cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran nuevos horizontes", les aconsejó.
Para el papa Francisco, el tiempo que hoy estamos viviendo, "no necesita jóvenes-sofá, sino jóvenes con zapatos" y solo acepta "jugadores titulares en la cancha, no hay espacio para los suplentes".
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