Las noticias desde el Hospital Gemelli de Roma son alentadoras: el Papa Francisco, quien se encuentra en su sexto día de hospitalización, está mostrando signos de mejoría en su lucha contra la neumonía bilateral. A pesar de la complejidad de su cuadro, el Sumo Pontífice logró levantarse de la cama y sentarse en una silla, marcando un paso positivo en su recuperación.
El Papa, de 88 años, fue diagnosticado con neumonía bilateral, una inflamación de ambos pulmones que dificulta la absorción de oxígeno. Este diagnóstico se suma a su ya existente condición de infección polimicrobiana, bronquiectasias y bronquitis asmática, lo que complejiza el tratamiento.
Actualmente, está recibiendo terapia farmacológica adicional que incluye antibióticos y cortisona. El uso combinado de estos medicamentos presenta desafíos adicionales, según informa la Santa Sede, requiriendo un seguimiento médico aún más cuidadoso.
A pesar de la necesidad de reposo, el Papa Francisco ha mantenido su espíritu activo. Durante la noche, logró descansar tranquilamente y comenzó el día desayunando. Su rutina incluye momentos de oración, lectura de textos y la recepción de la Eucaristía. Además, y aunque se le ha recomendado reposo, está llevando a cabo algunas actividades laborales, recibiendo documentos y periódicos de sus secretarios. Incluso, ha mantenido comunicación con la parroquia de la Sagrada Familia, la única iglesia católica en Gaza.
El Papa se encuentra de buen ánimo y agradecido por las numerosas muestras de cariño que ha recibido, tanto dentro como fuera del hospital. Las familias de los niños del departamento de oncología le han enviado cartas y dibujos, gestos que el Santo Padre valora profundamente.
Recordemos que, en su juventud, el Papa Francisco sufrió la extirpación parcial del lóbulo superior de su pulmón derecho debido a la presencia de quistes. Esta condición preexistente, sumada a la bronquiectasia y la bronquitis asmática, hacen que el actual tratamiento sea más delicado y requiera la combinación de antibióticos y cortisona.