Según las cifras de endeudamiento hipotecario en el Sistema Bancario Nacional, publicadas recientemente por la Superintendencia de Bancos de Panamá, la demanda de apartamentos y viviendas no cesa en esa nación.
De acuerdo con las cifras oficiales, el saldo del crédito de los préstamos hipotecarios para viviendas ascendió a $12,794.1 millones en diciembre de 2016, lo que trajo como resultado que el saldo del crédito en este mercado aumentara $1,390 millones, en comparación con el mismo mes de 2015, cuando se ubicaba en $11,403 millones.
Esto quiere decir que, durante estos doce meses, el crédito para la compra de viviendas y apartamentos se incrementó 12.2%.
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REFERENCIAL
Dado el fuerte aumento de los precios de las viviendas y de los apartamentos en los últimos años en Panamá, el financiamiento con intereses preferenciales no puede beneficiar a la mayoría de las personas.
Según cifras de diciembre 2016 de la Superintendencia de Bancos, solo el 34% del financiamiento hipotecario orientado a las viviendas se beneficiaron con el interés preferencial que ofrecía el Gobierno el año pasado. Esto quiere decir que el 66% del total del financiamiento no tiene interés preferencial.
Entre las principales causas de esta situación se encuentran el alto costo de la tierra, de los materiales y de la mano de obra. Estas variables hacen cada vez más difícil la construcción de viviendas con rangos de precios del segmento de interés preferencial.
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Hace diez años, en 2006, el 44% del crédito hipotecario del Sistema Bancario Nacional se orientaba a financiar viviendas con interés preferencial. Es decir, el financiamiento con intereses preferencial bajó 10 puntos porcentuales en una década.
BONO
Debido a la situación, en años recientes, el Gobierno elevó el bono de $5,000 a $10,000 a las personas y familias de bajos ingresos, para la adquisición de viviendas nuevas cuyo precio de venta no exceda los $50,000. Es precisamente en este rango donde más se dificulta ajustarse a los costos de construcción que impone el mercado.
A cambio del bono, el Gobierno exige que las viviendas cuenten con sala comedor, dos dormitorios, cocina, servicio sanitario con ducha, inodoro, lavamanos, tendedero, armarios y envases para basura. También debe constar de espacios abiertos como portal y lavadero y cumplir con las normas mínimas de urbanización o soluciones inmobiliarias aprobadas por las autoridades competentes.