Las autoridades palestinas celebraron la resolución adoptada por la Unesco en la que se niega todo vínculo entre el Monte del Templo de Jerusalén y el judaísmo, limitándose a considerarlo un lugar de culto musulmán, en el cual se erige la mezquita de Al Aqsa.
En un comunicado, el ministerio palestino de Asuntos Exteriores señala que esa resolución "tiene por objetivo poner fin a las acciones peligrosas e ilegales de Israel contra los lugares sagrados" de la ciudad.
"El Estado de Palestina da la bienvenida a la adopción de dos resoluciones en la Unesco, que reflejan el continuo compromiso de la mayoría de sus estados miembros de confrontar la impunidad y defender los principios sobre los que se fundó", se indica en la nota.
La nota señala que el Estado Palestino lamenta, no obstante, "que algunos países sucumbieron a la campaña de relaciones públicas e intimidación orquestada por Israel" que aduce, "cambió el foco" de la decisión que, según defiende, se centra en "las acciones ilegales y coloniales de Israel en Jerusalén este ocupada".
La iniciativa palestina "tiene por misión poner fin a las peligrosas e ilegales acciones de Israel contra los lugares sagrados en Jerusalén y los derechos de los palestinos, incluido el derecho de culto".
Los 58 miembros del Consejo Ejecutivo de la Unesco votaron una iniciativa que pedía condenar a Israel por diferentes cuestiones relacionadas con Jerusalén y que fue presentada por Palestina con el apoyo de Egipto, Argelia, Marruecos, Líbano, Omán, Catar y Sudán.
La resolución desaprueba de forma tajante la actitud de Israel con respecto al acceso al lugar y se refiere a él únicamente como la mezquita de Al Aqsa, calificándolo de lugar único del islam.
Considerado el tercer sitio más sagrado del islam tras La Meca y Medina, la mezquita fue erigida en el lugar que los judíos consideran como el recinto sobre el que se alzaron los dos templos bíblicos, el de Salomón (destruido por los babilonios en el siglo VI a.C) y el de Herodes, destruido por las legiones romanas en el año 70 d.C.
Israel, que controla el lugar desde la Guerra de los seis días de 1967, cuando ocupó la parte oriental de Jerusalén, permite la oración de los musulmanes en el lugar, pero en ocasiones restringe su acceso por motivos de seguridad.
Sin embargo, las autoridades israelíes no permiten el acceso de los judíos a la denominada Explanada de las Mezquitas, al objeto de evitar posibles altercados.
"Palestina continuará defendiendo el derecho de nuestro pueblo a través de todos los medios legales y diplomáticos a su alcance, incluidas organizaciones de la ONU", señala el comunicado palestino.
Con información de EFE