Los gobiernos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Venezuela se sentaron el pasado miércoles 31 de agosto de 2016 a discutir las próximas acciones necesarias para el arranque de operaciones del Banco del Sur, una entidad financiera constituida en 2007 para impulsar proyectos para el desarrollo de la región suramericana.
La capitalización del banco, la nómina de su consejo de administración y la revisión de su convenio constitutivo fueron los principales asuntos en el orden del día de la reunión, inaugurada por el ministro ecuatoriano de Finanzas, Fausto Herrera.
"Nuestro objetivo no es solo que Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela y Uruguay sean parte del Banco del Sur, sino que el resto de naciones miembros de la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) se sumen en el corto plazo a esta gran iniciativa", dijo.
Según él, los países suramericanos que se adhieran al banco podrán beneficiarse de las ventajas de tener un "financiamiento propio" para impulsar proyectos que fortalezcan el intercambio comercial y contribuyan a mejorar la productividad.
A la cita, que concluirá este jueves, Brasil asistió como observador, pues su Legislativo no ha ratificado el convenio constitutivo del banco, al igual que Paraguay.
El ministro ecuatoriano señaló en declaraciones a periodistas antes de la sesión de trabajo que el plazo para la integración formal en la entidad ha vencido, pero una de las propuestas debatidas en la reunión consiste en la modificación del convenio constitutivo para que cualquier país pueda adherirse en el momento en que lo considere oportuno.
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En cuanto a la capitalización del banco, se considera que con el 5% del aporte de recursos programado para el primer año, puede iniciar sus operaciones. En el caso de Ecuador, ese monto asciende a 400.000 dólares que el Ejecutivo se ha comprometido a aportar.
A un plazo de hasta diez años, el capital debe llegar a los 7.000 millones de dólares, en función del tamaño de las economías de los países miembros.
Así, Argentina, Brasil y Venezuela tendrán que aportar 2.000 millones de dólares cada uno y Ecuador y Uruguay 400, también cada uno, mientras que Bolivia aportaría cien millones, lo mismo que Paraguay.
Herrera, en su intervención inaugural, expresó su confianza en que la entidad "se convierta en una gran alternativa financiera de la región para impulsar proyectos estratégicos que promuevan el desarrollo".
"Entendemos que la puesta en operación del banco debe trascender la situación económica actual y las tendencias políticas de los gobiernos", declaró.
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