Nicolás Maduro indultó a 110 personas entre dirigentes políticos, diputados exiliados, activistas civiles y periodistas para "legitimar" las elecciones parlamentarias en Venezuela en diciembre.
El Político
El chavismo ofrece esta inusual muestra de largueza en un momento particularmente crítico para las fuerzas opositoras, cuya estrategia central viene ofreciendo claras señales de agotamiento desde hace meses.
En este contexto, Nicolás Maduro lleva toda esta semana formulando declaraciones en torno a la paz, la reconciliación y la democracia.
Reportó El País que negados a asistir a la consulta parlamentaria en estas condiciones, Juan Guaidó y el grueso de la plataforma opositora que lo acompaña ha tenido problemas estas semanas para diseñar una estrategia alternativa consistente frente al señuelo electoral chavista.
Guaidó ha procurado ensanchar su espacio político consultando la opinión de otros liderazgos del campo democrático, críticos de su gestión, como María Corina Machado y el propio Capriles. Los desacuerdos y las agendas paralelas no han producido resultados, y han abonado en el desaliento.
Capriles y Guaidó tenían previsto celebrar un encuentro que suspendieron después del indulto presidencial, un golpe a la línea de flotación de Guaidó. Los partidos que lo apoyan están esperando que Capriles asuma públicamente su autoría en las negociaciones que han producido estas liberaciones de presos y termine de formalizar su decisión de asistir a los comicios parlamentarios de Maduro. Dentro de la agenda de Capriles estaría incluida la posibilidad de persuadir al chavismo para posponer –no suspender—las elecciones, en pro de mejores condiciones.
A pesar de las dificultades para acordar con sus críticos y a su pérdida de tracción como líder, Juan Guaidó recibió, de nuevo, el respaldo expreso de los Estados Unidos en estos días. El secretario de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Caracas, James Story, y el propio encargado del Departamento de Estado para la crisis venezolana, Elliott Abrams, han asumido como propia la ruta de Guaidó y han criticado veladamente a María Corina Machado por su empeño en promover una intervención militar en el país.
Sobre los planteamientos de Capriles, no obstante, no se han posicionado. Sí se han saludado el indulto tanto la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, como el Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell.
Luis Vicente León, economista, analista político y director de la firma Datanálisis, piensa que la de Maduro “es una medida que busca hacer más potable una elección parlamentaria controlada por el Gobierno, con la cual busca validarse frente a su propio mercado político y agregar además un puntillazo en la fractura existente en la oposición”.
Conscientes de las diferencias y la dificultad para presentar una respuesta alterna consistente en este nuevo contexto –acentuadas ahora, gracias a la inesperada medida chavista—el liderazgo opositor vinculado a Guaidó lleva días celebrando reuniones a puerta cerrada, expandiendo en lo posible su espectro de consultas sobre los pasos a dar.
Cercado por el discurso de sectores moderados y radicalizados, Guiadó se posicionó sobre los indultos a través de las redes sociales, varias horas después de la decisión presidencial: “Hoy el régimen liberó rehenes, y con ello reconoció una larga lista de presos y perseguidos políticos, prueba de que es una dictadura y del ataque contra la Asamblea Nacional”.
“Todos quisiéramos que esto abonara a la reconciliación”, prosigue, “pero eso solo pasará con respeto al Parlamento, la designación constitucional del CNE, restituir a los partidos e independencia de poderes. Ese es el camino. Luchando juntos es como sacaremos de Miraflores al usurpador” dijo Guaidó.
Los indultos de Maduro han incrementado las voces del frente crítico que tiene Guaidó en sus propias filas, según las cuales su diagnóstico está lleno de abstracciones y debería ceder paso a una política más realista, que comporte necesariamente hacer algunas concesiones y se anime a transitar una ruta electoral.
El chavismo trabaja a toda prisa para organizar unas elecciones legislativas que le permitan estabilizar su piso político y reanudar, así sea parcialmente, sus relaciones con la comunidad internacional en medio de un grave marasmo económico y social que ya se prolonga por cinco años.