Hace unos días se conoció a través de un informe revelado por la agencia de noticias AP, que Estados Unidos había ejecutado una operación durante el mandato de Trump, y al margen del derecho internacional, que buscaba conectar a la dictadura de Venezuela con el narcotráfico internacional, dirigido por la DEA.
El Político
El informe señaló que la DEA tenía como objetivo investigar al militar, José Vielma Mora, quien actualmente funge como diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Vielma Mora, con una larga trayectoria en el Gobierno venezolano desde la época de Hugo Chávez, es acusado de tener vínculos ilícitos con Luis Motta Domínguez, exministro de Energía Eléctrica. La operación, según el memorando, se planeaba de manera unilateral sin notificar a las autoridades venezolanas, requiriendo la aprobación del Comité de Revisión de Actividades Sensibles (SARC).
Grabaciones que desenmascara a la cúpula de poder
El proceso inició con la infiltración de agentes secretos en las filas del chavismo, en la cúpula de poder pero principalmente dentro de Miraflores.
La infiltración de operativos en Venezuela tenía como única misión grabar a escondidas y armar casos por narcotráfico contra los líderes comunistas en el país.
“Es necesario llevar a cabo esta operación de forma unilateral y sin notificar a las autoridades venezolanas”, indica el memorando de 15 páginas de 2018.
El documento, que autorizaba la grabación encubierta de dirigentes chavistas, fue accidentalmente compartido en la web de la Fiscalía General de Manhattan junto con pruebas en el caso de dos exagentes de la DEA, Manny Recio y John Constanzo Jr. Estos agentes fueron condenados por filtrar información confidencial en casos relacionados con Venezuela, como el del empresario Alex Saab, acusado de ser testaferro de Maduro.
"No estamos para acatar las leyes"
Un exagente de la DEA que fungió como agregado de la agencia en Venezuela mucho antes del inicio del operativo descrito en el reporte, reveló el modus operandi del organismo, para agregar aún más drama.
“No nos gusta decirlo públicamente pero somos, de facto, la policía del mundo”, dijo.
Tabor, que no confirmó la existencia de ninguna acción de este tipo, apuntó que las medidas unilaterales y encubiertas pueden ser una herramienta eficaz cuando se llevan a cabo con los límites y la responsabilidad adecuadas, especialmente en un país como Venezuela, donde las difusas líneas entre el Estado y el hampa lo convierten en un lugar de tránsito ideal para el 15% de la cocaína que se trafica en el mundo, aseguró AP News.
“No estamos en el negocio de acatar las leyes de otros países cuando estos países son regímenes canallas y las vidas de los niños estadounidenses están en juego”, añadió. “Y en el caso de Venezuela, que nos está inundando de droga, el riesgo merece la pena”.
La misión: Atacar a Maduro
El documento, jamás visto hasta ahora, fue escrito durante el apogeo de la campaña de “máxima presión” para desalojar al dictador venezolano, bajo el entonces presidente republicano Donald Trump.
Maduro acababa de iniciar un giro autoritario luego de ganar su reelección en 2018, en un proceso que el gobierno de Trump calificó de amañado. En las semanas siguientes, funcionarios de la DEA planearon enviar al menos tres informantes clandestinos para grabar a altos funcionarios sospechosos de convertir a Venezuela en un narcoestado.
Pero dado que parecía un atropello de la ley venezolana y el derecho internacional, el plan requería la aprobación del llamado Comité de Revisión de Actividades Confidenciales (SARC por sus siglas en inglés), un panel furtivo de altos cargos de los departamentos de Estado y Justicia que estudia los casos de la DEA más delicados, los que implican cuestiones éticas, legales o de política exterior excepcionalmente complejos.
Significó una expansión agresiva de “Tejón del Dinero”, la operación creada por la DEA y fiscales de Miami en 2013, y que investigaría a un centenar de venezolanos implicados, de acuerdo con dos fuentes enteradas de la operación y que hablaron bajo la condición de anonimato por tratarse de asuntos policiales.
Al autorizar transferencias de fondos de otro modo ilícitas a través de empresas fachadas y cuentas bancarias asentadas en Estados Unidos, la DEA esperaba desenmascarar a los narcotraficantes colombianos y funcionarios corruptos que utilizaban el mercado de cambios estrechamente controlado venezolano para lavar sus mal habidas ganancias. Pero con el tiempo lo amplió para abarcar a la familia y los principales aliados de Maduro, aunque este posteriormente sería acusado de narcotráfico por la fiscalía federal de Manhattan.
Ninguna de las actas de acusación de venezolanos de antes o después del memo de 2018 menciona el espionaje estadounidense. Y “para limitar o mitigar la revelación de las actividades unilaterales”, el documento aconsejaba a los agentes de la DEA a que protegieran a sus informantes y limitaran sus encuentros en persona con los blancos.
No está claro si la operación “Tejón del Dinero” aún está activa.
Una operación que tensa más una relación ya quebrada
El informe sobre la intromisión de la DEA en asuntos internos se revela en un momento crítico. Las negociaciones para flexibilizar sanciones a cambio de garantías electorales se ven amenazadas por el bloqueo del chavismo a la participación de María Corina Machado, principal candidata opositora.
El presidente venezolano acusa a la DEA y la CIA de conspirar para desestabilizar el país, aunque descarta la implicación directa de Joe Biden.
El Departamento de Estado advierte que, de no permitir la participación de Machado y otros candidatos en las elecciones, se impondrán nuevas sanciones económicas. Washington exige la apertura del registro electoral y la participación de observadores independientes, pero el conflicto parece estancado, amenazando con agravar la crisis económica venezolana.