La Comisión de la ONU que investiga los crímenes cometidos en Siria considera que las "zonas de distensión" implementadas parcialmente en el país sólo serán realmente efectivas cuando las armas callen completamente y la asistencia humanitaria pueda ayudar a los civiles desesperados.
"Para detrimento de innumerables sirios que necesitan asistencia desesperadamente, las zonas de distensión no han servido para que pueda entrar ayuda humanitaria. De hecho, en esas áreas, sólo se ha permitido una sola distribución de ayuda de la ONU en 2017″, se lamentó el presidente de la Comisión, Paulo Sergio Piñeiro.
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El experto presentó hoy ante el Consejo de Derechos Humanos su vigésima actualización oral sobre la situación en Siria, con énfasis en el hecho de que en los seis años de guerra civil, y a pesar de todas las denuncias realizadas por la Comisión y otros organismos sobre la barbarie cometida, la comunidad internacional no ha logrado silenciar las armas.
El brasileño se refirió específicamente a las denominadas "áreas de distensión" o "zonas seguras".
Los patrocinadores de estas áreas, Irán y Rusia (protectores del régimen), así como Turquía (valedor de la oposición) ni tan siquiera se han puesto de acuerdo con el nombre.
Estas zonas se han implementado de forma parcial, por lo que los resultados sobre el terreno también varían.
"Las zonas de distensión han logrado la reducción de los niveles de violencia en algunas zonas cerca de Idlib y de Alepo occidental, pero en otras, como en Homs, Damasco (Guta Oriental) y el sur de Dera, las hostilidades no han disminuido", se lamentó Piñeiro.
A principios de mayo, Ankara, Moscú y Teherán, garantes del frágil alto el fuego vigente en Siria desde el 30 de diciembre de 2016, acordaron crear cuatro zonas seguras en el país árabe.
Los tres patrocinadores se habían puesto de plazo hasta el pasado 4 de junio para delimitar las zonas y para consensuar un mapa en el que figuren las posiciones de los grupos opositores moderados a fin de separarles de las ocupadas por los grupos terroristas Estado Islámico (EI) y el Frente Al Nusra, pero ese plazo no se cumplió.
El acuerdo prohíbe cualquier enfrentamiento armado dentro de las cuatro zonas seguras, incluido su sobrevuelo por la aviación de combate.
Sin embargo, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos 292 personas han muerto en el último mes en dichas zonas seguras.
Por otra parte, Piñeiro alertó ante la ofensiva para retomar Al Raqa del EI y, si bien se congratuló de que si se logra se podrá liberar a decenas de miles de civiles atrapados bajo el yugo yihadista, incluidas las miles de mujeres yazidíes convertidas en esclavas sexuales de los milicianos, también advirtió del peligro de crear más víctimas.
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"El imperativo es luchar contra el terrorismo, sin embargo, no se pude llevar a cabo a expensas de civiles que, sin quererlo, viven en áreas donde el EI está presente", dijo.
Advirtió también ante los acuerdos de evacuación de civiles alcanzados entre el régimen sirio y grupos rebeldes de distinto origen.
"Los acuerdos de evacuación levantan sospechas y podrían, en algunos casos constituir crímenes de guerra. Dudamos de la capacidad de elección que se les da a los civiles de quedarse o de irse. No hay opción cuando los que se quedan se enfrentan al riesgo de ser arbitrariamente arrestados o reclutado", añadió.
EFE