El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización no gubernamental con sede en Londres, pero con una amplia red de colaboradores en el terreno, reportó que ocho miembros de la milicia chií iraquí proiraní Hashed al Shaabi (Fuerzas de Movilización Popular) murieron en un ataque en el este de Siria, que atribuyó a la Fuerza Aérea israelí.
El Político
Cada día se producen ataque en superficie del país que se ha convertido en escenario para los choques más insólitos
Paralelamente el canal de televisión libanesa Al Mayadeen, vinculado al grupo terrorista chií Hezbollah, informó que en la noche del jueves la aviación israelí atacó un camión con armamentos en la zona de Al Qaim, cerca de la frontera sirio-iraquí.
El Observatorio precisó que los ocho combatientes muertos en los ataques aéreos eran extranjeros, y que no se registraron muertos de nacionalidad siria.
“Al menos ocho personas, que no eran ciudadanos sirios, murieron en el ataque aéreo”, apuntó el Observatorio.
“El blanco está ligado a las milicias proiraníes Hashed al Shaabi en la región de Al Bukamal sobre la frontera sirio-iraquí”.
Puede aumentar el número de muertos
El informe agrega que la cifra de muertos “probablemente aumentará debido al gran número de heridos, algunos de los cuales están en grave estado”.
El Observatorio sostiene que el sitio atacado pertenecía a las Fuerzas de Movilización Popular, una organización paraguas que incluye a varias milicias chiís en Irak, en su mayoría proiraníes.
“Una aeronave no identificada atacó vehículos y depósitos de armas en Al Bukamal provocando una gran explosión. Al menos ocho combatientes iraquíes de Hashed al Shaabi murieron”, precisó el director del Observatorio, Rami Abdel Rahman.
Abdel Rahman dijo que se conoce que tres aldeas en el área de Al Bukamal, que albergan fuerzas leales a Teherán, han sido atacadas por drones desde el miércoles, sin provocar heridos.
Más tarde, el jueves, se reportaron explosiones en una base cerca de la frontera sirio-iraquí, que se considera que es usada por las milicias chiís, en un presunto ataque aéreo.
El sitio local de noticias DeirEzzor24 reportó que en el ataque fue bombardeado un despacho de armas destinado al grupo libanés Hezbollah. Las armas incluían misiles balísticos pertenecientes a la Brigada del Imam Alí, una milicia chií que opera bajo el paraguas de las Fuerzas de Movilización Popular.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no difundieron ningún comunicado al respecto, y generalmente no comentan los reportes provenientes del exterior
Las Unidades de Protección Popular (YPG) fueron creadas un año después del estallido de la guerra siria en 2011 y tras la retirada de las fuerzas progubernamentales del norte del país. Se trata del brazo armado del aparato político kurdo —de inspiración marxista— que en el último lustro ha establecido una Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (NES, por sus siglas en inglés).
Desde 2014 las YPG se han convertido en el principal aliado en tierra de la coalición internacional liderada por Estados Unidos —de la que España es miembro— en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). En 2015 miles de combatientes árabes y asirios se sumaron a la lucha bajo el liderazgo kurdo en las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). El representante de exteriores del NES, Abdulkarim Omar, asegura que en sus filas luchan más de 70.000 combatientes. Un 20% son mujeres.
En apoyo de los kurdos, que controlan en el norte entre un 20% y un 25% del territorio sirio —incluidas localidades árabes como Raqa, la antigua capital del ISIS—, han llegado también desde suelo turco efectivos del PKK, grupo armado que Ankara tacha de terrorista y cuya actividad es la base sobre la que argumenta la inminente operación. La amenaza de una ofensiva turca da por terminado el llamado "mecanismo de seguridad" puesto en marcha con la mediación de las tropas estadounidenses por el que los milicianos kurdos comenzaron a detonar los túneles defensivos cavados en posiciones fronterizas con Turquía, así como la retirada de sus hombres de una franja de seguridad de cinco kilómetros.
Seis millones de civiles en peligro. En el norte y este de Siria viven cerca de seis millones de civiles —la mitad de ellos kurdos—, de los cuales más de un millón y medio necesitan asistencia humanitaria y 650.000 han sido desplazados por los combates, según advierte la ONG Save The Children.
Más de 11.000 soldados muertos y 24.000 heridos es el balance que hacen las YPG de los últimos cinco años de enfrentamientos en esta zona. En toda Siria, el balance supera los 370.000 muertos —un tercio civiles— en los ocho años y medio de guerra, según el recuento que hace el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. De lograr ocupar la totalidad del norte de Siria, Ankara aspira a reubicar a dos de los tres millones y medio de refugiados sirios que alberga en su país, en un intento de arabizar con población afín el sur de su frontera que quedaría bajo el control de descontroladas milicias insurrectas locales aliadas.
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