El obispo de Cúcuta, Monseñor Víctor Ochoa Cadavid, habló sobre la situación de los venezolanos que cruzan la frontera. Para él, lo que se vive es un “drama humanitario”, asegurando que al día llegan al menos 45.000 personas, pero han llegado hasta 70.000, de los cuales unos se quedan en Colombia, mientras otros siguen hacia Perú, Ecuador o Chile.
“Los que vienen, vienen fundamentalmente a comprar alimentos, pocos, porque la devaluación de la moneda venezolana es altísima y no les permite tener mucha disponibilidad. Muchos trabajan en Cúcuta dos o tres días, hacen cualquier pequeño trabajo, piden limosna, viven de la frontera misma para llevar algo a Venezuela.
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Otras personas vienen buscando medicinas y buscando atención médica, y otros vienen a buscar elementos necesarios para la vida, el motor para la nevera, el motor para una lavadora, una pieza de recambio para un aparato de atención médica o de odontología o un repuesto para una casa o un vidrio: en muchas zonas frías necesitan vidrios, o cosas que en Venezuela no se consiguen, y vienen a Cúcuta. Muchos regresan”, relató.
Ante esto, la Iglesia ha establecido una Casa de Paso a unos cien metros de la frontera, en donde reparten alimentos, entre 3600 y 5000 diariamente. Los alimentos son dados por comerciantes, parroquias y familias solidarias: “Una cooperativa productora de arroz nos regala el arroz cada día, diez bultos de arroz de sesenta kilos cada día, seiscientos kilos de arroz que hay que cocinar, y el arroz rinde. Les damos una cantidad grande de arroz, tenemos donaciones también de organismos multilaterales, la Acnur y el Programa Mundial de alimentos nos dan alimentos sin cocer que nosotros (distribuimos) con voluntarios – tenemos 500 voluntarios de grupos apostólicos y parroquias-, que atienden esta emergencia”.
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El Papa Francisco está siguiendo atentamente la situación del pueblo venezolano que quiere mucho, que bendice y que pide que nosotros acompañemos y ayudemos.
Relató a Vatican News que también reparten kits para aquellos que van caminando: “Les damos agua, galletas dulces que tienen una buena cantidad de energía, nos ayudan comerciantes que las producen, repartimos mermelada de guayaba dura, el “bocadillo” le llamamos, un alimento tradicional colombiano que sirve para dar mucha energía. También les damos latas de atún, proteínas y grasa que les sirve para atravesar la montaña. Cuando tenemos les damos alguna cobija para que puedan atravesar y vivir el frío. Esto lo hacemos en la salida de Cúcuta, el sitio se llama La Garita, al kilómetro 2 de la carretera. Allí distribuimos ochocientos de estos kit cada día”.
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