Activistas de diversa procedencia se preparan en la víspera de la investidura de Donald Trump como presidente de EE.UU. para confluir dentro o lo más cerca posible del perímetro de seguridad, con el fin de aguar la fiesta.
Este viernes, día en que Trump jurará su cargo, decenas de miles de manifestantes se desplazarán a Washington para la que se espera que sea una de las investiduras presidenciales más conflictivas que se recuerdan desde las ceremonias de jura del cargo en los segundos mandatos de George W. Bush (2005) y Richard Nixon (1973).
"Velero. Huracán". Con esta introducción de vocablos inconexos comienzan las conversaciones telefónicas entre algunos de los organizadores de las protestas, que utilizan la aplicación "Signal" para mantener conversaciones privadas y necesitan este tipo de códigos para certificar la identidad de los participantes, especialmente tras intentos de boicot y amenazas.
Las preparaciones de las protestas se han venido realizando discretamente desde noviembre (mes en que Trump se proclamó ganador de las elecciones) con el objetivo de que sean pacíficas e informar a los participantes de sus derechos si se tornan violentas.
Las autoridades de Parques Nacionales, encargadas de gestionar algunas zonas verdes de Washington, incluida la explanada del National Mall, han recibido decenas de solicitudes para protestar, muy por encima de las dos ceremonias de comienzo de mandato de Barack Obama (2009 y 2013), lo que permite adelantar una gran afluencia de personas opuestas a Trump el viernes.
DisruptJ20, Occupy Inauguration y Answer Coalition son los tres movimientos que se espera que hagan más ruido y puedan afectar el transcurrir normal y sin sobresaltos de la investidura del viernes, a la que se espera que acudan unos 900.000 personas, tanto en favor y en contra de la asunción de mandatario.
"Esperamos alrededor de 100.000 personas", explicó a Efe Lacy MacAuley, organizadora de DisruptJ20, que espera bloquear el acceso a los invitados a los bailes presidenciales y a los puntos de acceso al desfile inaugural de Trump y la flamante primera dama, Melania.
La coalición Answer quiere que su protesta sea aún más visible y ocurra ante los ojos del nuevo presidente republicano, para lo cual ha pedido a todos sus participantes concurrir a una plaza aledaña a la Avenida Pensilvania, que acogerá el desfile, después de que una juez les negara el permiso para colocarse frente al hotel Trump.
En la mañana del viernes, varios grupos coordinados por DisruptJ20 tienen la intención de bloquear todas las entradas a los puntos desde los que se puede asistir al discurso y al desfile del nuevo presidente.
"Los grupos tienen total autonomía para decidir qué tácticas usar para evitar que se utilicen los accesos a la investidura. Estos son acciones no autorizadas y entendemos que puede haber detenciones o enfrentamientos", asegura MacAuley.
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Los miembros organizadores de Occupy Inauguration, entre otros el Partido Verde, comenzarán una concentración el viernes que confluirán en una zona autorizada cerca de la Casa Blanca con DisrptJ20, lo que, combinado con el inmenso despliegue de seguridad y los movimientos de la comitiva presidencial, prometen sumir a la ciudad en la parálisis total.
Los miembros de DisruptJ20, que han establecido su cuartel general en la iglesia episcopaliana de St. Stephens, en el norte de la capital, aseguran que están recibiendo amenazas de individuos o en nombre de grupos como los "Moteros por Trump", que se han erigido en los protectores de los simpatizantes del presidente electo.
Los "Moteros por Trump", que han venido siguiendo al mandatario desde los días de campaña, han asegurado que montarán guardia para permitir que las decenas de miles de curiosos y fan del nuevo presidente dar una calidad recepción al mandatario, que llega con el índice de popularidad más bajo en al menos cuatro décadas.
El sábado, cuando Washington empiece a recuperarse del enfrentamiento entre el boato y la queja, comenzará una nueva manifestación anti-Trump convocada por Women’s March (Marcha de las Mujeres), que espera concentrar a 200.00 personas en un ambiente festivo y familiar.
En solo 24 horas, la Presidencia de Trump concentrará a tantos simpatizantes como opositores en una ciudad que se ha convertido en el escenario de la profunda división política del país.
Con información de EFE