Al menos 33 personas han muerto en el incendio que arrasó el viernes un almacén en el que se celebraba un concierto en la ciudad californiana de Oakland (EEUU), informaron hoy las autoridades, al advertir de que esa cifra puede aumentar.
El sargento Ray Kelly, de la Oficina del Sheriff del condado de Alameda, confirmó ese número en una rueda de prensa, en la que precisó que los equipos de rescate han rastreado "entre el 35 y el 40 por ciento" del edificio.
"Hay adolescentes, adultos jóvenes y personas en la treintena (de años)" entre las víctimas, indicó Kelly, al concretar que se han hallado fallecidos de "17 años, posiblemente más jóvenes".
"Tenemos víctimas de otros países. Estamos en proceso de contactar con sus embajadas. Son países de Europa y Asia", agregó el sargento.
En la misma rueda de prensa, la alcaldesa de Oakland, Libby Schaaf, afirmó que un "equipo de investigación criminal se ha activado como precaución" en relación con el suceso, si bien ninguna pesquisa de ese tipo se ha abierto aún oficialmente.
"Es demasiado pronto para tener sospechas sobre lo que causó este fuego", adujo la alcaldesa, quien incidió en que hay "muchos testigos a los que entrevistar".
El sargento, que calificó de "astronómico" el número de muertos, advirtió de que esa cantidad podría incrementarse, pues se desconoce "la gente que había o que escapó" del siniestro.
"Estamos empezando a llegar a zonas del edificio en las que estamos encontrando más víctimas", explicó el sargento, quien señaló que los expertos necesitarán pruebas de ADN para identificar los cadáveres.
Por eso, Kelly instó a las familias de las víctimas a "preservar cualquier evidencia" que contenga ADN, como un mechón de cabello o un cepillo de dientes, para que sirva de ayuda en el proceso de identificación genética de los fallecidos.
"Es una cosa terrible tener que decir eso, pero es con lo que debemos lidiar aquí", reconoció el dirigente policial.
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El fuego se declaró antes de la medianoche del viernes en el barrio de Fruitvale en Oakland, a unos 20 kilómetros de San Francisco, en un gran edificio de dos plantas y aire bohemio que albergaba estudios de artistas y estaba abarrotado de muebles, cuadros, lámparas, esculturas y alfombras, entre otros objetos.
Decenas de personas se cree que disfrutaban en el inmueble, descrito por las autoridades como un "laberinto", de un concierto de música electrónica cuando les sorprendió el horror de las llamas.
Como consecuencia del fuego, el techo del almacén, conocido como "El Barco Fantasma", se derrumbó sobre el segundo piso, lo que está complicando la labor de los equipos de rescate, que rastrean desde el sábado el lugar del siniestro en busca de cadáveres.
Melinda Drayton, responsable del Departamento de Bomberos de Oakland, precisó hoy que sus efectivos, pertrechados de cubos y palas, escudriñan de "forma metódica" los restos del almacén.
"Fue silenciosa. Fue desgarradora", afirmó Drayton, al describir la búsqueda de los desaparecidos bajo los escombros en la madrugada del sábado al domingo, ralentizada por el riesgo de seguridad que acarrea operar bajo la frágil estructura abrasada del inmueble.
"Esto va a ser un proceso largo, arduo. (…) Vamos a estar aquí unos pocos días más", recalcó la responsable de los bomberos.
Antes del suceso, los vecinos se habían quejado varias veces acerca del edificio, en relación con la acumulación de basura y escombros en la calle y la construcción de estructuras dentro del almacén, que únicamente contaba con dos salidas y una escalera improvisada de palés de madera que unía el primer y el segundo piso.
De hecho, un inspector acudió al inmueble el pasado 17 de noviembre para investigar alegaciones -entre otras- de un uso ilegal del edificio para fines residenciales.
Mientras prosiguen las labores de rescate, la desolación arrecia entre los supervivientes, como la artista Aja Archuleta, que tenía previsto actuar en el concierto con sus sintetizadores y estaba en la puerta del almacén cuando se originaron las llamas.
"Había dos personas en el primer piso que divisaron un pequeño fuego que creció rápidamente. Fue una progresión muy rápida y caótica (…). He perdido 20 amigos en las últimas 24 horas", lamentó Archuleta, de 29 años.
El nerviosismo también cunde entre los familiares que siguen sin conocer el paradero de sus seres queridos, como Daniel Vega, quien aseguró que su hermano Alex, de 22 años, no responde al teléfono y tiene constancia de que asistió al concierto.
"Denme unos guantes. Tengo calzado de trabajo. Estoy preparado. Déjenme hallar a mi hermano. Es todo lo que quiero", suplicó Vega a las autoridades, que han habilitado una línea telefónica de asistencia a los familiares de las víctimas.
El incendio ha provocado numerosos gestos de solidaridad como el del equipo local de baloncesto, los Golden State Warriors, que ha anunciado la donación de 50.000 dólares para ayudar a las familias de los afectados por la desgracia.
Más de 70 bomberos participaron en la extinción del fuego, el más grave que sufre Oakland desde 1991, cuando murieron 25 personas en un incendio que devastó miles de casas en las colinas de la ciudad.
Con información de EFE