Corea del Norte denunció el envío por parte de Estados Unidos de dos bombarderos nucleares hasta su zona fronteriza en respuesta a su último ensayo de misiles, una acción que añade más tensión a la crisis que se vive en la región.
La agencia estatal norcoreana de noticias KCNA señaló que "una formación" de bombarderos estratégicos B-1B voló en la víspera desde la isla de Guam y llegó a aproximarse a unos 80 kilómetros de la ciudad costera surcoreana de Gangneung, cerca de la frontera con el Norte, donde se ensayó "un bombardeo nuclear".
Un portavoz del Ministerio de Defensa de Corea del Sur confirmó a Efe que bombarderos B-1B accedieron el lunes a espacio aéreo surcoreano, aunque no quiso precisar su número ni la zona geográfica donde fueron desplegados.
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Ya que estos bombarderos tardan aproximadamente dos horas y media en llegar a Corea del Sur desde la base aérea Andersen en Guam, se deduce que la decisión de desplegarlos se tomó apenas un par de horas después de que Corea del Norte disparara un misil de corto alcance hacia las 5.39 hora surcoreana (20.39 GMT del domingo).
Según afirma la KCNA, el gobierno de Kim Jong-un consideró calificó estos hechos como "pataleta imprudente que sitúa a la península coreana al borde de la guerra", advirtiéndole a los norteamericanos que una confrontación atómica en la península "desencadenaría un desastre que convertiría el territorio continental de EE.UU. en tierra chamuscada".
La incursión se produjo pocas horas después de que Corea del Norte disparara un misil de corto alcance, el noveno en lo que va de año y el tercero en apenas tres semanas.
El proyectil disparado el lunes por el régimen de Pyongyang alcanzó una altura máxima de unos 120 kilómetros y recorrió unos 450 kilómetros hacia el Este antes de caer en aguas del Mar de Japón.
Los insistentes ensayos armamentísticos de Corea del Norte han llevado a un aumento de la tensión en la región y a una escalada verbal con el Gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, que ha llegado a insinuar que estudia posibles ataques preventivos.
Este arma iría destinada a atacar a navíos enemigos, aunque se cree que aún no es lo suficientemente sofisticada como para suponer una amenaza para la Marina estadounidense o surcoreana.
Con este último lanzamiento, Pyongyang parece haber redondeado un ciclo armamentístico en solo tres semanas, ya que el 14 de mayo disparó con éxito el Hwasong-12, que aparenta ser la base sobre la que desarrollar su codiciado misil intercontinental, y el 21 un Pukguksong-2, su nuevo proyectil de alcance intermedio.
Todos estos test parecen arrojar mejoras de rendimiento, aunque muchos expertos aún duden sobre la verdaderas capacidades de Pyongyang y, ante todo, de cuán cerca está de crear un misil capaz de equipar una cabeza nuclear y de poder alcanzar territorio estadounidense.
Detrás de buena parte de estos avances parecen estar tres figuras del régimen que hoy volvieron a aparecer en las fotos del Rodong Sinmun junto a Kim Jong-un: el experto en aeronáutica Kim Jong-sik, el jefe de desarrollo de armas Jang Chang-ha y el general retirado Ri Pyong-chol.
Las imágenes del rotativo también desvelaron más detalles sobre las nuevas instalaciones para ensayos de misiles recientemente construidas en la franja oriental de la base aérea de Kalma, la cual se quiere convertir paradójicamente en aeropuerto internacional para crear un núcleo turístico entorno a la ciudad de Wonsan.
Con información de EFE