Aunque sin revelar qué padece, el papa ha reconocido que su salud se encuentra comprometida.
El Político
Este lunes, Francisco recibió en El Vaticano a representantes de la comunidad judía en Europa.
Su santidad se reunió con integrantes de la Conferencia de Rabinos Europeos y, ante ellos, admitió que no está “bien de salud”.
Debido a sus complicaciones, el máximo jerarca de la Iglesia católica optó por no leer el discurso de bienvenida que tenía preparado.
“Gracias por esta visita que tanto me gusta, pero sucede que no estoy bien de salud y por eso prefiero no leer el discurso”, comentó el papa.
Francisco, quien suele apoyarse en un bastón o una silla de ruedas dadas sus dificultades para caminar, ha requerido ser hospitalizado en varias ocasiones.
Su reclusión más reciente se produjo a mediados de 2023, cuando se le operó para reparar una hernia abdominal.
Durante la intervención, los médicos también eliminaron varias adherencias abdominales que le ocasionaban intensos dolores.
A comienzos de este año, entre marzo y abril, su santidad presentó dificultades respiratorias.
La anomalía le obligó a permanecer bajo tratamiento y observación médica por varios días.
Agenda copada
A pesar de sus problemas de salud, Francisco no dejó de cumplir con las audiencias previstas para este 06 de noviembre.
En uno de esos encuentros, el papa se reunió con Pere Aragonés, actual presidente de la Generalitat catalana.
El cara a cara, descrito como “cordial”, se produjo a puerta cerrada. Durante la conversación su santidad y Aragonés abordaron asuntos de interés mutuo.
El encuentro, que se extendió por 40 minutos, marcó la segunda visita de un jefe de Gobierno catalán a un papa católico, en la Santa Sede.