La trata de personas, la explotación sexual, el trabajo infantil, el matrimonio forzado y el reclutamiento de niños para utilizarlos en conflictos armados son algunas de estas formas
En África se venden menores por 14 dólares, actividad que, según la OIT, reporta a los criminales 7 mil millones de dólares anuales. En esta misma región, 80 millones de menores entre 5 y 14 años son obligados a trabajar en la prostitución y en actividades como la minería
El Político
Cada 2 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Abolición de la Esclavitud para rendir homenaje a la fecha exacta en que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) firmase el Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena.
No obstante, esta organización aún hoy en día sigue luchando contra las formas modernas de esclavitud, las cuales no se han podido erradicar en el mundo.
Se celebra desde 1985 y el objetivo del día es reclamar la erradicación de las formas contemporáneas de esclavitud como son la trata de personas, la explotación sexual, el trabajo infantil, el matrimonio forzado y el reclutamiento de niños para utilizarlos en conflictos armados.
Para recordar el Convenio, un informe realizado por el equipo de trabajo sobre esclavitud de la ONU recomendó en 1985 que el 2 de diciembre fuera proclamado Día Mundial para la Abolición de la Esclavitud en todas sus formas. Por ello de 1985 a 1994 se celebró el "Día Mundial contra la Esclavitud" y en 1995 pasó a denominarse Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud.
En 2007 la Asamblea de Naciones Unidas decidió también designar el 25 de marzo como Día internacional de recuerdo de las víctimas de la esclavitud y la trata transatlántica de esclavos, para no sólo recordarla sino también para evitar las formas modernas de practicarla.
Cada año millones de personas, en su mayoría mujeres y menores, son engañadas, vendidas, coaccionadas o sometidas de alguna manera a situaciones de explotación de las cuales no pueden escapar. Constituyen la mercancía de una industria mundial que mueve miles de millones de dólares y que está dominada por grupos de delincuentes organizados que operan en muchas ocasiones con impunidad.
Antecedentes
Los tipos de esclavitudes han evolucionado y se han expresado en formas diferentes a lo largo de la historia. En la actualidad todavía persisten algunas antiguas manifestaciones al amparo de creencias y costumbres tradicionales: las personas de castas inferiores, minorías tribales y los pueblos indígenas son los más vulnerables, según la Organización de las Naciones Unidas.
Por otro lado la esclavitud ha adquirido nuevas formas como el trabajo forzado, el trabajo infantil y la trata de personas donde las principales víctimas son menores y mujeres que sirven para abastecer las redes de prostitución y el trabajo en el servicio doméstico.
En el artículo 4º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en 1948 se afirma: “nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”.
Un año después, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó, el 2 de diciembre de 1949, el Convenio para la represión de la trata de personas y la explotación ajena.
Desde entonces se han realizado numerosos esfuerzos para atajar y abolir la esclavitud con pocos avances según datos de organizaciones internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), UNICEF y otros organismos internacionales de protección de los derechos humanos.
Trabajo forzado
Junto con formas tradicionales de trabajo forzoso, como el trabajo en condiciones de servidumbre y la servidumbre por deudas, existen en la actualidad formas más contemporáneas como el de los trabajadores migrantes que son víctimas de la trata a fin de ser sometidos a todo tipo de explotación económica en el plano mundial, a saber, el trabajo doméstico desarrollado en condiciones de servidumbre y el trabajo en la industria de la construcción, en la industria alimentaria y del vestido, en el sector agrícola y en la prostitución forzosa.
Según la Organización Internacional del Trabajo, millones de jóvenes se encuentran en condiciones cercanas a la esclavitud como víctimas de trabajo forzado o en régimen de servidumbre; un 73% de estos jóvenes –alrededor de 180 millones- desempeñan las peores formas de trabajo infantil, entre ellas la prostitución, el trabajo esclavizado y el trabajo peligroso.
Además, las cifras indican también que la esclavitud no ha desaparecido, ya que alrededor de 5,7 millones de jóvenes se encuentran en una situación de servidumbre o se ven obligados a trabajar.
Se estima que unas 25 millones de personas estaban atrapadas en trabajo forzoso en un momento dado en 2016. De ellas, 16 millones eran víctimas de la explotación laboral forzada en el sector privado (trabajo doméstico, la construcción y la agricultura), alrededor de 5 millones eran víctimas de la explotación sexual forzada; y poco más de 4 millones (16 por ciento del total) del trabajo forzoso impuesto por las autoridades del Estado.
Trabajo infantil
Aunque no todo el trabajo infantil se considera una forma de esclavitud moderna, habitualmente está relacionado con ella. La mayoría del trabajo infantil que existe en la actualidad entraña una explotación económica.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en todo el mundo un niño de cada seis trabaja y la mayoría de ellos sufren explotación económica a pesar de que el artículo 32 de la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce “el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social”.
A la explotación se suma el negocio de la trata de personas. En África se venden menores por 14 dólares, actividad que según la OIT reporta a los criminales 7 mil millones de dólares anuales. También, en esta misma región, 80 millones de menores entre 5 y 14 años son obligados a trabajar en la prostitución y en actividades como la minería.
UNICEF calcula que 200 mil niños africanos son vendidos como esclavos cada año; entre 45.000 y 50.000 mujeres y niños son trasladados cada año por los traficantes únicamente hacia los Estados Unidos.
El aumento del número de casos de trata de personas, así como su expansión a zonas que antes no estaban tan afectadas, coincide con el aumento de las dificultades económicas, especialmente en los países en desarrollo y en los países con economías en transición, los enormes obstáculos a la migración legal y la existencia de graves conflictos armados.
Además, las estadísticas señalan que alrededor de 152 millones de niños están sujetos a trabajo infantil, de los que los cuales 88 millones son varones y 64 niñas. El mayor número de niños entre 5 y 17 años víctimas del trabajo infantil se encuentra en África (72,1 millones), seguida por Asia y el Pacífico (62 millones), las Américas (10,7 millones), Europa y Asia Central (5,5 millones) y los Estados Árabes (1,2 millones).
Aproximadamente una tercera parte de los niños, entre 5 y 14 años, en trabajo infantil está fuera del sistema escolar; 38% de los niños entre 5 y 14 años realizan trabajos peligrosos y casi dos terceras partes de los que tienen entre 15 y 17 años trabajan más de 43 horas por semana.
Trata de personas
La trata de personas está directamente relacionada con la discriminación tanto racial como étnica, sexual y de género. Las personas inmigrantes constituyen un grupo especialmente vulnerable al que no sólo le son violados sus derechos como trabajadores sino como seres humanos.
En el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, se define la trata de personas como la captación, el transporte, el traslado, la acogida y/o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción; al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.
Incluye, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos. El consentimiento dado por la víctima de la trata de personas a toda forma de explotación intencional es irrelevante y si la víctima de la trata es un niño, es un crimen, aún sin el uso de la fuerza.
Matrimonio infantil
El matrimonio infantil, que se define como un matrimonio formal o unión informal antes de los 18 años, es una realidad para los niños y las niñas, aunque a las niñas les afecta de manera más desproporcionada. Cuando se produce, el matrimonio infantil funciona como una norma social.
Casarse con niñas menores de 18 años de edad tiene sus raíces en la discriminación de género, y alienta el embarazo prematuro y sin espaciamiento; también fomenta la preferencia por la educación del varón. El matrimonio infantil es también una estrategia para la supervivencia económica, ya que las familias casan a sus hijas a una edad temprana para reducir su carga económica.
Se calcula que 15,4 millones de personas eran víctimas de un matrimonio forzado en un momento dado en 2016. De este total, 6,5 millones de casos ocurrieron en los últimos cinco años (2012-2016) y el resto tuvo lugar antes de este período pero siguieron atrapadas en esa situación. Más de una tercera parte de todas las víctimas del matrimonio forzado eran niños al momento del matrimonio, y casi todos de sexo femenino.
Críticas a las políticas para la erradicación de la esclavitud
Las víctimas de discriminación, suelen pertenecer a los segmentos más pobres de la sociedad y, sin embargo, las estrategias de lucha contra la pobreza rara vez abordan el vínculo entre este fenómeno y la discriminación sistemática.
Para combatir el fenómeno se reclaman enfoques integrales, interdisciplinarios y de largo plazo que permitan abordar todos los aspectos del ciclo de la trata y reconocer implícitamente las relaciones entre la trata de personas, la migración, y la discriminación racial.
Desde el punto de vista de algunos humanistas, la luchas contra esta práctica no sólo es deber de los gobiernos, sino que es responsabilidad de todos. Desde este enfoque, empresas, organizaciones de empleadores y trabajadores y las víctimas de esta discriminación y sus asociaciones, tienen un papel que desempeñar a la hora de aumentar esfuerzos contra este fenómeno.
Asimismo, se hace necesaria la vigilancia multilateral del cumplimiento de los compromisos internacionales, así como la promoción en la educación de los derechos humanos en todas las esferas.
La esclavitud es una realidad muy presente
La servidumbre ha adquirido formas diferentes a lo largo de la historia. En la actualidad, persiste tanto en sus formas tradicionales como en otras nuevas modalidades.
Aunque no está definida en la ley, la esclavitud moderna se utiliza como un término general que abarca prácticas como el trabajo forzoso y el matrimonio forzado. Con ella, se hace referencia a situaciones de explotación en las que una persona no puede rechazar o abandonar debido a amenazas, violencia, coerción, engaño o abuso de poder.
Si bien el trabajo infantil no entra dentro del término general de esclavitud moderna, normalmente se suele relacionar con ella.
Más de 40 millones de personas en todo el mundo son víctimas de la esclavitud moderna, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Las mujeres y las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada por esta lacra, representando el 71% del total, casi 29 millones. Del total de víctimas, un 25% son niños, es decir, alrededor de 10 millones.
Estas estadísticas demuestran que los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, y en particular la meta que promueve el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, no podrán ser alcanzados a menos que se intensifiquen en forma drástica los esfuerzos para eliminar la esclavitud.
En concreto está amenazada la meta que insta a adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados. Pero también afecta al objetivo que busca poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
¿Qué hacer para celebrar este día?
Existen muchas acciones que puedes realizar para evitar que la esclavitud moderna siga existiendo, algunas de ellas son: sumarte a un movimiento u organización que luche por los derechos de los trabajadores; ayudar a crear materiales informativos que impidan que mayor cantidad de personas caigan presas de estos círculos de explotación; difundir mensajes que sirvan a la concienciación de las personas por medio de las redes sociales y si lo haces el 2 de diciembre, recuerda acompañarlo con el hashtag #DíaInternacionaldelaAbolicióndelaEsclavitud
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ha asociado con actores, defensores de los derechos humanos y deportistas de renombre internacional en su nueva campaña de sensibilización destinada a combatir la esclavitud a nivel mundial para decir: ¡Terminemos con la esclavitud ahora!
(Con información de ONU, Unicef y OIT)