Aunque Nicaragua y Venezuela están a más de 2.100 kilómetros de distancia, hay un tema que los ha acercado los últimos años: la política. La llegada al poder de dos líderes de izquierda, Daniel Ortega y Hugo Chávez, hicieron que los gobiernos de Caracas y Managua se parezcan cada vez más.
Félix Gutiérrez / El Político
La comunidad internacional ha apuntado con preocupación a ambos países latinoamericanos porque presuntamente representan modelos negativos para los valores democráticos. Ex presidentes y miembros de la oposición han alzado su voz contra unos regímenes que parecen decididos a reducir la disidencia y prolongarse en el poder.
El gobierno del presidente Ortega, a través de la Corte Suprema Electoral (CSE), dejó sin representación opositora al Parlamento del país, mientras que la mayoría opositora de la Asamblea Nacional venezolana, electa el 6 de diciembre de 2015, ha visto reducida su acción por las decisiones de los poderes Ejecutivo y Judicial y hasta por las amenazas del presidente Nicolás Maduro de disolver el ente legislativo.
Demócratas del mundo en alerta
El presidente de la Internacional de Partidos Demócratas de Centro (IDC), el colombiano Andrés Pastrana, expresó su preocupación por la tensa situación política promovida tanto por el gobierno de Ortega como el de Maduro.
"Apelo a una defensa firme y sin fisuras de la democracia ante la amenaza de los populismos a nivel global cuyos regímenes y sus efectos ya están sufriendo estos dos países", indicó el ex mandatario colombiano en un comunicado de la IDC. Esta organización de 85 partidos políticos de 67 países condenó "la situación política y la falta de libertades civiles y democráticas que se vive en Nicaragua y Venezuela".
La IDC hizo un llamado a la comunidad internacional para que adopten “medidas que restablezcan y garanticen el Estado de Derecho, la transparencia y la participación política de los ciudadanos, así como los derechos humanos y libertades en ambos países".
Los ex presidentes de Latinoamérica y España miembros de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) también compartieron un comunicado para elevar su "palabra de alerta ante la opinión pública internacional" por las "alteraciones graves que hoy sufren los ordenamientos constitucionales y democráticos de Nicaragua y Venezuela".
El comunicado dirigido a la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) critica que el gobierno de Maduro desconoce el ejercicio de la Asamblea Nacional en sus competencias constitucionales. Además señala que los diputados venezolanos se encuentran "bajo acoso permanente de las autoridades judiciales, militares y policiales".
La IDEA aseguró que los gobiernos de Nicaragua y Venezuela tienen “la misma línea de comportamiento”.
La declaración conjunta de los ex presidentes se dio después de que se oficializó la remoción de 28 diputados opositores del Parlamento nicaragüense, una acción que evidencia "una desfiguración abierta del principio democrático de elecciones auténticas y competitivas" al “quedar neutralizada la principal fuerza opositora", dice el documento.
Oposición acorralada
El vicepresidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional venezolana, Ángel Medina, aseguró que “lo mismo que está viviendo Nicaragua es lo que está viviendo Venezuela”.
Para el parlamentario, “tanto allá (en Nicaragua) como aquí, pretenden utilizar las instituciones para atornillar a quienes están en el poder. Así como aquí en Venezuela utilizan al Tribunal Supremo de Justicia para dictar sentencias ‘legales’ que son inconstitucionales; así como utilizan a distintas instituciones de los poderes públicos para atentar contra la pluralidad y los espacios democráticos; así mismo está sucediendo en América Latina”.
El secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús “Chúo” Torrealba, cree que el presidente Maduro “quiere aplicar” en Venezuela el modelo de Ortega. “Lo que está ocurriendo en Nicaragua es el guión que quiere aplicar Maduro en Venezuela. Aquí Jorge Rodríguez y (Francisco) Ameliach están hablando de anular el certificado de inscripción de la MUD como partido partido político”, dijo en su programa “La fuerza es la unión”.
Según Torrealba, las similitudes son evidentes: el gobierno venezolano quiere acabar con “la alianza política que sacó apenas 6 meses 8 millones de votos”, así como lo hizo el Parlamento nicaragüense. “Es algo parecido que quiere hacer acá a través de las maniobras de la Sala Constitucional del TSJ”.
El presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, también repudió las acciones del Parlamento de Nicaragua y la detención que sufrió el diputado Luis Florido en ese país, quien viajó hasta allá en señal de apoyo a los legisladores destituidos.
Régimen sátrapa de Ortega en Nicaragua es compinche del régimen de Maduro en asedio a autonomía parlamentos y violacion de DDHH.
— Henry Ramos Allup (@hramosallup) August 4, 2016
Coincidencias de una opresión
Un total de 28 diputados (16 titulares y 12 suplentes) fueron destituidos de sus cargos por una resolución del Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua. Los parlamentarios pertenecen al Partido Liberal Independiente (PLI), cuyo líder, Eduardo Montealegre, había perdido la representación de la tolda por un fallo judicial que entregó su dirección a Pedro Reyes, un supuesto simpatizante del régimen de Ortega, según opositores.
Los legisladores rechazaron la sentencia judicial y el CSE ordenó entonces retirarles las credenciales de diputados, derecho que se habían ganado por el voto popular en las elecciones de 2011.
Ortega mostrando su verdadero rostro de dictador mandó a destituir a 16 diputados opositores que no se le doblegaron, ni se vendieron.
— Dora María Téllez (@DoraMTellez) July 29, 2016
Las decisiones del Poder Judicial y Electoral dejaron al líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) el camino libre para las próximas elecciones presidenciales, comicios a los cuales se presentará sin la presencia de un candidato opositor de peso. Con ello, Ortega apunta a conquistar su cuarto período presidencial y el tercero en fila.
El anhelo de mantener el poder parece ser un deseo que comparte el gobierno de Maduro. El heredero de la denominada “revolución bolivariana”, establecida por el ex mandatario Hugo Chávez en 1994, está decidido a mantenerse en el cargo pese a las presiones de la oposición, que reclama la activación de un referéndum revocatorio en su contra este año.
Los espacios de acción política de la alianza opositora la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) han sido insuficientes para acabar con la hegemonía chavista de 17 años: las propuestas de la Asamblea Nacional han sido rechazadas por sentencias del Tribunal Supremo de Justicia y los pasos para la activación del revocatorio han sido retrasados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El proceso para la realización del mecanismo constitucional ha desatado la nueva intención de los grupos oficialistas: desaparecer a la MUD. Una propuesta que hizo el alcalde chavista del Municipio Libertador de Caracas, Jorge Rodríguez, quien solicitó ante el CNE la suspensión del partido por supuestamente haber incurrido en un fraude en la recolección de firmas, paso previo al revocatorio.
Pero las amenazas contra la oposición han llegado hasta la sede parlamentaria. El ex gobernador Didalco Bolívar solicitó la disolución del Parlamento venezolano por "usurpar funciones del gobierno nacional". Alegó que los actos del poder electoral son nulos por no acatar las decisiones del TSJ y creerse con la facultad de "derogar leyes constituidas bajo el gobierno de Hugo Chávez".
Amistad revolucionaria
Los acercamientos entre Nicaragua y Venezuela se volvieron más frecuentes cuando el ex mandatario Hugo Chávez coincidió durante su gobierno con quien consideró en vida como un gran amigo, Daniel Ortega.
Ambos mandatarios estuvieron en varias oportunidades en Celac, Unasur y Petrocaribe, donde ambos establecieron lazos fraternales que se han mantenido con el presidente Nicolás Maduro. El actual jefe de Estado venezolano visitó Managua por primera vez con la banda presidencial el 2 de junio de 2013. En aquel encuentro con su homólogo Ortega, firmó acuerdos de cooperación en materia policial, social, y política para fortalecer la cooperación binacional.
La primera dama de Nicaragua, Rosario Murillo, aseguró en la visita que estaban complacidos de recibir al presidente venezolano: "Aquí estamos en la Nicaragua hermosa que tanto ama Hugo Chávez. Nosotros le ratificamos el amor por Venezuela, el apoyo por el legado del comandante Hugo Chávez”.
Ortega siempre tuvo palabras de elogios para Chávez, a quien llamó "la reencarnación de Simón Bolívar". El líder sandinista ha explicado en visitas a Venezuela que es normal que toda revolución tenga una contrarrevolución, por eso insiste en que se respete el gobierno chavista.
La lealtad a la revolución parece ser la norma tanto de Nicaragua como de Venezuela, dos gobiernos que prefieren mantener a la oposición cada vez más lejos del poder.