Los israelíes comenzaron a votar en un reñido proceso electoral entre el primer ministro Yair Lapid y el líder de la oposición Benjamin Netanyahu.
El Político
Estas son las quintas elecciones en Israel en menos de cuatro años, y se producen ante un nuevo intento de romper el estancamiento político y devolver la estabilidad al país.
Netanyahu o el gusto a gobernar
Este nuevo proceso electoral es otra oportunidad para que Netanyahu intente ganar la mayoría de 61 escaños en la Knesset que necesita para formar una coalición que pueda aprobar leyes y tomar medidas para detener su juicio por corrupción.
Los últimos sondeos antes de las elecciones, publicados el viernes por la noche, mostraban un empate 60-60 entre el bloque de derecha de Netanyahu y el bloque de centro-izquierda de Lapid.
El panorama
En una carrera muy reñida, y hay dos cosas que importan: la participación y el umbral electoral del 3,25% que debe alcanzar un partido para obtener escaños en la Knesset.
Netanyahu tiene un bloque de derechas mucho más consolidado de cara a las elecciones, mientras que el bloque de centro-izquierda de Lapid sigue fracturado y dividido.
Al menos cuatro partidos del bloque de Lapid corren el riesgo de no superar el umbral electoral. Si incluso uno de estos partidos no pasa, Netanyahu probablemente ganará una mayoría de 61 escaños.
La participación será clave, sobre todo porque muchos israelíes muestran su cansancio como votantes y expresan su desencanto con la política en general.
Tanto Netanyahu como Lapid han centrado su atención en instar a sus bases a salir a votar, en lugar de intentar convencer a los votantes de que cambien de bando.
La minoría árabe
La participación de la minoría árabe se ha convertido en el factor más importante de las elecciones debido a que tres partidos árabes distintos se enfrentarán entre sí.
Aunque en un principio se esperaba que la participación de los ciudadanos árabes de Israel fuera la más baja de las últimas décadas, ahora se prevé que se sitúe en torno al 50%, según los analistas.
Esto se debe en parte al ascenso de los políticos supremacistas judíos.
Se espera que la extrema derecha aumente drásticamente su poder político hasta niveles sin precedentes, lo que podría darle una influencia significativa en la política del gobierno si Netanyahu gana.
Los primeros sondeos a pie de urna se esperan a finales de la tarde en Israel, y los resultados actualizados varias horas después.
Pero si las elecciones son tan reñidas como los sondeos, es posible que los resultados no estén claros hasta el jueves.