Narcotraficantes mexicanos cavaron dos zanjas en un municipio de Michoacán para evitar éxodo de 3.000 personas que huían de la violencia.
El Político
Dos zanjas profundas cavaron presuntos narcotraficantes en México para impedir el éxodo de los habitantes de un municipio, ocasionado por la violencia.
Las zanjas profundas sirven para incomunicar a los habitantes del l municipio Aguililla, ubicado en el occidental estado Michoacán, donde se registra el éxodo.
En los últimos meses, en Aguililla se ha registrado un éxodo de más de 3.000 habitantes que han padecido una grave crisis humanitaria.
Zanjas en la carretera
El sacerdote católico Salvador Sánchez, portavoz de la Arquidiócesis a la que pertenece Aguililla, informó que los habitantes denunciaron que un grupo de hombres armados realizaron dos zanjas en la carretera Apatzingán-Aguililla.
Señaló que los cortes fueron hechos la madrugada del pasado domingo con una máquina excavadora.
La Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán (SSP) expresó que un centenar de policías permanecen en la zona para evitar nuevos desperfectos en la carretera.
La vía fue reparada momentáneamente por los uniformados utilizando palas, piedras y tierra.
Problemas entre cárteles
Según la Guardia Nacional, Aguililla está en disputa por los cárteles Jalisco Nueva Generación (JNG) y La Nueva Familia Michoacana. Apoyados, por sus brazos armados autodenominados como Los Blancos de Troya y Los Viagras.
Ambos cárteles han protagonizado innumerables enfrentamientos con ráfagas de rifles de asalto, granadas de fragmentación y drones habilitados con cargas de explosivos.
Además, los narcotraficantes utilizan unos vehículos llamados "monstruo", fabricados de forma artesanal con la estructura de camiones y habilitados con gruesas capas de metal a manera de blindaje.
Éxodo por razones humanitarias
El sacerdote católico José Luis Segura Barragán, asegura que la violencia provocó el éxodo de más de 3.000 pobladores de El Aguaje, la localidad más emblemática de Aguililla.
La grave crisis humanitaria también motivó la visita de franco Coppola, Nuncio Apostólico en México, a Aguililla donde se reunió con pobladores a quienes les llevó un mensaje de fe y esperanza, Además, demás de llamar a los narcotraficantes a la conversión.
A la violencia directa de los últimos tiempos se suma el problema de la carretera. Porque no hay rutina que conviva con el aislamiento que el crimen ha impuesto a Aguililla.
Zanjas para evitar salidas
A finales del año pasado, uno o varios de los actores armados en conflicto en la región cavaron zanjas en la vialidad que une el municipio con Apatzingán, pueblo grande de la zona.
Los vecinos se vieron obligados a dar grandes rodeos por la sierra, paso controlado también por los grupos armados. Estos grupos,instalaron retenes en las brechas, y convirtieron la región sierra-costa de Michoacán en un absurdo.
Un pueblo absurdo
El adjetivo no es gratuito: ni siquiera los vecinos tienen claro qué grupo es cuál y qué intereses defienden, por no hablar de las ideas.
Solo saben que hay retenes, zanjas, que la vía principal no se puede usar prácticamente nunca. En los últimos días, la policía de Michoacán llevó maquinaria a la carretera para tapar las zanjas.
elpais. Efe