Miles de mujeres paraguayas se sumaron este miércoles al paro internacional convocado para este 8 de marzo y se manifestaron en el centro de Asunción clamando contra el acoso, la discriminación y el feminicidio, en un país en el que se han registrado al menos 13 asesinatos de mujeres en los dos primeros meses del año.
Redacción El Político
Vestidas con prendas de color lila, símbolo del movimiento feminista, y con las caras y los cuerpos pintados con mensajes alusivos al paro, mujeres de todas las edades marcharon hasta la céntrica Plaza de la Democracia de la capital, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, informa EFE.
Entre ellas había estudiantes, campesinas, indígenas, trabajadoras sexuales, mujeres trans, trabajadoras domésticas, artistas y activistas que se sumaron a la convocatoria de manera espontánea, o a través de las más de 70 organizaciones de la sociedad civil que respaldaron la protesta.
Muchas manifestantes llevaban carteles en repudio de las diferentes formas de violencia, como el acoso que enfrentan en las calles, en el trabajo, las universidades o los servicios de salud.
Otras mujeres optaron por reclamar el derecho a usar sus cuerpos de manera libre y autónoma, y bailaron con el torso al aire, al grito de "Che rete, che mba’e" ("Mi cuerpo es mío", en guaraní).
La principal reivindicación fue el fin de la violencia contra las mujeres, en la forma de los feminicidios y de los embarazos forzados de niñas que son víctimas de abusos sexuales, ya que en Paraguay cada día dos niñas de entre 10 y 14 años dan a luz, dijo a Efe Natalia Ferreira, una de las convocantes de la movilización.
Los reclamos laborales, como la reducción de las brechas salariales, la instalación de salas de lactancia y guarderías, o el cumplimiento de los permisos por maternidad también formaron parte de la agenda de las manifestantes, según Ferreira.
Agregó que la marcha sirvió además para rechazar las fumigaciones con químicos en el campo y el desplazamiento de las mujeres campesinas, y pedir el fin de la discriminación contra mujeres lesbianas y bisexuales, y de los asesinatos contra mujeres trans, que suman cerca de 60 desde el año 1989.
Para Cony Oviedo, miembro de la Coordinadora de Mujeres Rurales e Indígenas de Paraguay (Conamuri) y otra de las voceras de la protesta, la movilización de este 8 de marzo es un momento "histórico" que sirve para visibilizar el trabajo productivo de las mujeres.
"Hoy decimos que las mujeres valemos, pedimos que se reconozca nuestro trabajo productivo, y que dejen de matarnos (…) Este es el inicio de la lucha de las mujeres en su diversidad y no tiene vuelta atrás. Es una lucha que vamos a dar desde el amor, desde la ternura antipatriarcal y la resistencia que nos caracteriza a las mujeres", declaró.