El Político.- Cuarenta neonatos han fallecido durante el mes de agosto en el Hospital Central de Maturín, cifra negativa que refleja la aguda situación que enfrenta el país en materia de salud. La principal consecuencia es la falta de recursos para la adquisición de equipos y la fuerte escasez de medicamentos.
La Unidad de Cuidados Intensivos del referido hospital vive una difícil coyuntura que no le permite a los doctores prestar un optimo servicio para salvaguardar la vida de los usuarios. Así lo hace saber el médico pediatra Manuel Velásquez, quien ratifica que en Venezuela "estamos a la triste vanguardia en lo que significa la mortalidad neonatal".
Además, esta abultada cifra iguala a la del pasado julio, mes en que también se registraron 40 muertes de bebés en las instalaciones del centro hospitalario.
Velásquez, acota que el estado Monagas cuanta con una de las tasas de mortalidad "más alta de Venezuela". Añade que "esto se lo debemos a la falta de dotación de medicamentos, materiales médicos quirúrgicos, mejoras en la infraestructura de los hospitales, falta de equipos."
Por su parte, condena la terrible situación exclamando que "estamos para salvar vidas, pero qué hacemos con un bebé que ingresa por emergencia y no hay ni siquiera un yelco".
Esto deja en evidencia el completo abandono del sector salud por parte de los organismos y las instituciones encargadas de que este derecho constitucional llegue de manera adecuada a los ciudadanos. También resalta el gran esfuerzos de los médicos venezolanos para sobrellevar este problema y llevar a cabo su trabajo de salvar vidas.