El falso maestro de la sabiduría tradicional china del "qigong" Wang Lin, que logró atraer con sus trucos a algunos de los más famosos artistas y políticos de China, falleció el viernes en Fuzhou (sureste del país) a los 65 años, informó la agencia oficial Xinhua.
Wang, que en 2015 fue detenido y acusado de diversos delitos, que iban desde el fraude a la bigamia o la posesión ilegal de armas, falleció en la tarde del viernes debido a un fallo multiorgánico consecuencia de las enfermedades que padecía, informó el Tribunal Popular Intermedio de Fuzhou, que investigaba al gurú.
El autoproclamado maestro tradicional ocupó titulares de la prensa nacional desde 2013, cuando circularon numerosas imágenes suyas junto a celebridades de China (desde los actores de acción Jet Li y Jackie Chan al millonario Jack Ma), así como vídeos en los que supuestamente hacía aparecer serpientes de la nada.
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Wang comenzó a ser investigado en julio de 2015, aunque se le puso en libertad bajo fianza considerando su mal estado de salud, y el juicio que afrontaba, inicialmente fijado para enero, había sido pospuesto.
El gurú decía tener poderes sobrenaturales gracias al "qigong", una disciplina oriental basada en el taoísmo y basada en el control de la respiración, y sus trucos habían conseguido también acercarle a algunas de las familias de políticos más poderosas del régimen comunista.
Su mansión en Pingxiang (Jiangxi, China), un edificio de cinco plantas con un gran jardín, era llamada popularmente "el palacio" y se convirtió en una especie de centro de peregrinaje que frecuentaban no sólo celebridades del mundo del espectáculo, sino también políticos de alto rango.
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Se llegó a decir que el exministro de Asuntos Exteriores chino Qian Qichen, el exjefe del Ejecutivo de Hong Kong Donald Tsango o familiares de los antiguos presidentes chinos Hu Jintao y Jiang Zemin eran admiradores de sus artes mágicas.
Su detención de 2015, de hecho, estuvo relacionada con la desaparición y muerte de un político, Zou Yong, vicepresidente del parlamento provincial de Jiangxi (este), quien también tuvo vínculos con Wang pero se enfrentó con él por problemas de deudas y denuncias cruzadas.
El maestro del "qigong" también decía tener capacidades sanadoras y presumía de haber curado a 50.000 personas, un currículo que hizo del exministro de Sanidad chino Chen Minzhang uno de sus seguidores.
Sin embargo, las artes de Wang demostraron en algunas ocasiones ser flagrantemente ineficaces, como cuando le prometió al exministro de Ferrocarriles Liu Zhijun que pondría un amuleto en su oficina para "asegurarle una vida sin fracasos" y el dirigente comunista terminó, años después, condenado a prisión de por vida por corrupción.
Con información de EFE